“El que tiene padrino se bautiza”

El refrán hace referencia a cómo se abren puertas y eliminan obstáculos cuando se tienen influencias y recomendaciones

Diego Rodríguez Valero sentado mientras le guardan las espaldas Bartolomé Viúdez y José Luis Heredia. FOTOMONTAJE.

ACTUALIDAD ALMANZORA / 21·08·2015

Diego Rodríguez Valero las tenía y muy importantes en el ámbito financiero almeriense. Obtuvo créditos para sus 34 empresas -28 ligadas al ladrillo- de muchas entidades de crédito, pero especialmente de Cajamar, que ante la insolvencia del ‘Grupo DRV’ tuvo que mal cobrarse en viviendas y terrenos. 

Con La Caja, Valero disfrutaba de una relación especial, no en vano las tres personas que a mediados de los 2000 poseían capacidad de decisión en la entidad para otorgar préstamos en la comarca, y que aún hoy dos de ellos mantienen altísimas responsabilidades, eran sus socios. También hacía negocios con el empresario Miguel Rifá, al que la justicia acusa de presunto alzamiento de bienes y delito fiscal contra la Hacienda Pública por valor de 130 millones de euros. 

Como Valero, Rifá tenía buenos amigos en Cajamar, muy buenos.
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