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Un poco de vergüenza…

JOSE MARIA MARTINEZ DE HARO

25·02·2016


 MIGUEL ÁNGEL FERNÁNDEZ Ordóñez (Mafo para los amigos) acaba de publicar el libro “Economistas, políticos y otros animales”, en el que califica su gestión como Gobernador del Banco de España “bastante razonable”. El libro trata de alejar cualquier atisbo de responsabilidad y oculta los errores y relajación que marcó su gestión como Gobernador y arremete contra el Ministro de Economía del PP, Luis de Guindos, a quien responsabiliza de todo lo ocurrido. Y es mucho lo ocurrido durante la gestión de Fernández Ordóñez. No repara el autor que, según economistas y analistas, él actuó en todo momento como un eslabón necesario de las nefastas políticas de Pedro Solbes y de Elena Salgado, quienes junto al inane Rodríguez Zapatero agravaron los efectos de la crisis y llevaron a España a la quiebra técnica, como señalaban todos los indicadores de la economía. Fernández Ordoñez viene a retratarse en este libro como el político zafio en funciones de Gobernador del Banco de España. Ello ha llevado a la mayor cota de descrédito a la Institución, y para muchos expertos es el peor valorado de los 68 Gobernadores que han pasado por el Banco. Y como muestra escandalosa, el saqueo continuado de las Cajas de Ahorros de parte de políticos sin escrúpulos donde el papel de control y supervisión del Banco de España habría de ser crucial. Por contra, Fernández Ordoñez mostró una relajación ininterrumpida con total ausencia de mecanismos de control, incluidas las correspondientes sanciones. La avaricia sin escrúpulos de unos y otros dieron como resultado el mayor "default" de la banca pública en todo el territorio de la UE. Todo ello llevó al rescate de las Cajas de Ahorros. Según recientes declaraciones del Presidente del FROB y Subgobernador del Banco de España, Fernando Restoy, el Estado da por perdidos más de 40.000 millones de euros que puso para el rescate de las Cajas. Y todo ello, las turbias maniobras contables, los créditos fallidos a amigos, familiares y simpatizantes, así como el lucro personal de directivos, consejeros, sindicalistas y políticos, ofreció el deplorable espectáculo de un atraco perpetrado a cámara lenta ante la impasible actitud de Mafo. Causa rubor ojear su libro. Algunos pasajes son la antología del cinismo. Nadie cree que por haber publicado este panfleto, otra muestra de camaleonismo, vaya a recuperar un ápice su credibilidad. 

Como muestra significativa, en estas mismas fechas ha sido llamado a declarar como imputado el que fuera Presidente de Caja Castilla La Mancha, Juan Pedro Hernández Moltó. Tras una intensa actividad política en las filas del PSOE, el partido le compensó apoyándole para su nombramiento como máximo gestor en esta modesta Caja regional. Lo que ocurrió con Caja Castilla La Mancha durante la etapa de Hernández Moltó es de dominio público y ha llenado páginas de periódicos y noticiarios de las TVs. Su absoluta falta de profesionalidad, la interesada y sectaria gestión y los desmanes de la Dirección y del Consejo, llevaron a esta entidad a la quiebra técnica. Todo ello cuando Fernández Ordoñez, en perfecta comunión con Solbes y Zapatero, declaraban la solidez y trasparencia del sistema financiero español y de las Cajas de Ahorros en los foros internacionales. 

Para dar algún detalle sobre la gestión de Hernández Moltó, baste con la declaración de las cuentas públicas. Por esas cuentas, el Fiscal Anticorrupción pide la pena de prisión para Hernández Moltó por presunto delito societario al considerar que llevó a cabo una "maniobra contable" para que el estado financiero de la Caja reflejara unos beneficios de 29,8 millones de euros, cuando la verdad era muy distinta: 182,2 millones de pérdidas. Ante esta situación el Estado hubo de aprobar un decreto ley para avalar 9.000 millones de euros de dinero público para el rescate de este entidad. 

Hernández Moltó ha comparecido como imputado ante el Juez de la Audiencia Nacional y ha declarado que él no sabía nada de lo que ocurría en la Caja, que era algo así como "un animador socio cultural", que no sabía de gestión bancaria y que su función era "como una Reina Madre". Y todo ello sin un ápice de rubor. No sabíamos que en las entidades financieras hubieran Reinas Madres que cobraran por serlo la friolera de 150.000 euros anuales. Ante el insulto a la inteligencia del juez y del fiscal y al conjunto de los españoles, habremos de preguntarnos, ¿de verdad suponen que somos tan idiotas? 

Más allá del insólito y risible argumento de defensa de este "enterrador" de la Caja de Ahorros Castilla La Mancha, queda en la opinión pública la indignación sobre las prácticas irregulares y saqueos a otras entidades similares de parte de directivos y miembros del Consejo de Administración, que han dado como resultado que apenas unas cuantas Cajas de Ahorros continúen todavía operativas. El mea culpa de Fernández Ordoñez hubiera sido un indicio de la necesaria revisión de los mecanismos de control y también sancionadores a quienes administran de manera irregular, en nombre de prestigiosas y centenarias entidades de crédito, el dinero de partícipes, impositores y clientes, los perjudicados directos en caso de quiebra. O por extensión en perjuicio de todos los españoles en caso de rescate de parte del Estado, como ha venido ocurriendo en estos años. 

Mafo en su panfleto aparta toda responsabilidad de gestión. El otro dice que era Reina Madre y que no sabía nada. Siempre hubo picaresca en la política y en las entidades de crédito, pero esto supera todo lo imaginable. Ambos han colaborado, de uno u otro modo, en este aberrante descalabro de más de 40.000 millones de euros perdidos, sin haber mostrado jamás el más leve arrepentimiento. 

Al menos, un poco de vergüenza no vendría mal.

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