JUAN LUIS PEREZ TORNELL
12·01·2016
- Buenos días, ¿es ésta la oficina del ISIS?
- Buenos días. Sí señor, en el nombre de Dios Clemente
y Misericordioso, ¿qué deseaba usted?
- Pues mire, vengo desde España, que ustedes
llaman Al-Andalus, para dialogar y negociar la alianza de nuestras respectivas
civilizaciones y traigo, a tal efecto y como presente u obsequio propiciatorio,
estos nardos apoyaos en la cadera. ¿Podría hablar con el encargado?
- No faltaba más. Con sumo gusto le
acompañaré. Ya sabe que la hospitalidad es esencial en nuestra cultura. ¿Le
apetece un té con hierbabuena? Tenga cuidado con ese charco de sangre y esos
sesos tan resbaladizos, porque es temprano y todavía no han venido las señoras
de la limpieza. Tenemos aquí como puede usted ver unas instalaciones
modernísimas que tengo mucho gusto en mostrarle, aunque usted ya las habrá
visto en Internet o en las televisiones: aquí, por ejemplo, disculpe usted el
ruido de martillos y tablones y esos aullidos tan desagradables, pero es que
estamos dando un curso teórico-práctico de crucifixiones. Muy cerca esta la
sastrería donde confeccionamos esos elegantes trajes de color naranja muy
parecidos en el diseño a los que los infieles de Estados Unidos proporcionan en
Guantánamo a sus prisioneros. A escasos metros se encuentra también el taller
de afilado de cuchillos que cumple estrictamente con la normativa de prevención
de Riesgos Laborales, para evitar posibles infecciones por cortaduras, como el
tétanos y cosas así que resultan francamente desagradables. Pasemos a este
espacioso patio en el que hemos ubicado unas grúas para ahorcar a los
homosexuales. No crea usted que es fácil dar con ellos, se esconden los muy
afeminados con la cobardía de las mujeres. No es tan deportivo y estimulante
como la lapidación de las adúlteras, que fortalece no solo el espíritu sino los
músculos, lo admito. Antes los
lanzábamos desde cierta altura, pero consideramos que con las grúas se agiliza
el trámite y resulta todo más limpio y moderno ¿no le parece? Aunque para
método limpio y silencioso está el de ésta piscina que hemos dispuesto y en la
que en unas jaulas bien construidas, cuando las grúas están desocupadas, sumergimos
a los que se han hecho acreedores a ello. Reconozco que a mí personalmente me
parece mucho más vistoso el uso de la gasolina en esas bien alineadas jaulas,
pero desde que a los rusos les ha dado por bombardear nuestros convoyes de
petróleo, tenemos que ajustarnos el cinturón. También, por otra parte, está la
cuestión medioambiental, que sin duda nos preocupa, porque no crea usted que no
nos preocupa el futuro de las generaciones venideras. ¡Qué mundo les vamos a
dejar! Estamos limpiando de momento y reciclando todas esas ruinas, piedras
viejas y estatuas feísimas que nadie se ha preocupado por retirar y ahí las
tenían no se para qué, qué abandono y qué desidia, ¡años enteros han estado ahí
sin que nadie se preocupase de llamar, por ejemplo, a Santiago Calatrava!
Y no crea usted que no valoramos las tradiciones
acompasándolas con la necesaria adaptación al progreso. Un buen ejemplo de ello
es el programa que tenemos para rescatar prácticas que estaban cayendo en el
olvido, y es una pena que desaparezcan: por ejemplo el empalamiento. Ya sabe
usted es una técnica en desuso ideada por los turcos, que a cultos y
sofisticados no les gana nadie, pero que tiene sus dificultades, no se crea
usted que cualquier manazas puede hacerlo: se trata de introducir por el ano
una estaca afilada de tal forma que salga por la clavícula. Pero la gracia está
en que no se atraviesen los órganos vitales y podamos mantener al prisionero al
menos unos días con vida. Hay que tener conocimiento de anatomía y fisiología y
no puede hacerlo cualquier gañán. Si se quiere hacer bien. Todavía no lo hemos
puesto en práctica, pero estamos en ello… Hay que ver cuánto hablo, siempre me
reprochan los compañeros mi locuacidad y mi don de gentes…
Y ya hemos llegado al despacho del encargado.
Discúlpeme, pero con tanta cháchara se me ha olvidado... ¿A qué dice que venía
usted?
De qué civilización es representante el ISIS?
ResponderEliminarSamuel P.Huntington identifica nueve grandes civilizaciones actuales ¿a cual de ellas representa el ISIS?
Con la misma ligereza utilizada por el autor de este escrito, podíamos considerar al clan de Los Romanones como representantes de otra civilización, la Occidental.Una visita literaria a su sede de Granada será tan divertida como el artículo presente. Y no faltarán los fluidos humanos desparramados por el suelo. Parece que allí había mucho desparrame.