Leonard Prior |
LENOX NAPIER y MIGUEL ÁNGEL SÁNCHEZ/ 05·05·2016
Llevaban tres
años viviendo en paz en Villa Tranquilidad, paradójico nombre a tenor de lo que
esa propiedad convulsionaría sus vidas.
Los Prior
habían ahorrado durante años para conseguir su retiro soñado en España. Y lo
consiguieron. Pero el 9 de enero de 2008, el juzgado de lo contencioso
administrativo número tres de Almería enviaba, a instancias de la Consejería de
Ordenación del Territorio que dirigía Luis Caparrós, las retroexcavadoras para
demoler la vivienda, como consecuencia de la sentencia que declaraba meses
antes ilegal la licencia de obras que otorgó el Ayuntamiento de Vera. La
tragicomedia –maldita su gracia- no había hecho más que empezar, pues en abril
de 2009, un año y tres meses después de la demolición, el Tribunal
Constitucional declaraba nulo todo el proceso y ordenaba repetirlo. A los Prior,
decía la Alta Magistratura de la justicia española, se les impidió participar y
defenderse en el juicio. A buenas horas.
El juicio se
repitió a finales de 2010 y la sentencia fue idéntica: la licencia municipal no
se otorgó conforme al derecho urbanístico.
El pasado 25
de abril, el juzgado número tres de los contencioso-administrativo de Almería
se pronunció sobre la demanda por responsabilidad civil presentada por la
pareja británica contra el Consistorio veratense, estimándola parcialmente. El
erario municipal deberá pagar 425.185,43 euros, la mitad de lo que pedían los
Prior -602.083 euros por daños materiales y 200.000 por daños morales-. El fallo
no gusta a ninguna de las dos partes, por tanto, se presentarán sendos recursos
ante el TSJA.
Mientras, el
tiempo pasa y el matrimonio británico, septuagenario, ha acondicionado el
pequeño garaje que quedó en pie, le han adosado una estructura de madera que le
da aspecto a de modesta vivienda, y con la energía de un generador y la
manguera de riego de un campo de cercano pasan sus días.
Helen Prior |
¿Cómo se
siente al ser la pareja británica más famosa de España?
- Tenemos un
amigo en Londres que quiere visitarnos. Es pregonero. Dice que le encantaría ponerse
el traje de su oficio y hacer sonar la campana de la Plaza Mayor de Vera. Nos
hace gracia cuando nos habla así. Ahora en serio, recibimos cartas de personas encantadoras
que nos muestran su apoyo, pero también de otras personas con mensajes poco
agradables.
- ¿Qué les
dicen?
- Mensajes tales
como que "gracias
a todo lo que ustedes cuentan no podemos vender nuestras casas”. Estas personas tienen su cabeza metida en
la arena, no quieren ver la realidad. Incluso culpan a nuestro constructor de
sus problemas. Olvidan que nosotros teníamos una licencia del Ayuntamiento para
construir nuestra casa, el 'visto bueno' de los abogados, del notario.
Entonces, de repente fue revocada la licencia y nuestra casa repentinamente
declarada ilegal.
- ¿Hasta que su
casa fue demolida cómo vivieron la situación?
- Vivimos tres años
en nuestro hogar antes de conocer que la licencia había sido cuestionada por la
Junta de Andalucía. Nuestra propiedad es hermosa, tiene 10.600 m2 y nos encantó
trabajar la tierra y hacer un bonito jardín. Era un sueño, nuestro sueño,
nuestra soñada jubilación, a la que cualquier otra persona debería tener
derecho. Nos hemos enterado que el alcalde supo lo que pasaba años antes de que
se precipitaran las cosas y sólo se nos informó cuando no era posible
ocultarlas, cuando ya habíamos realizado importantes gastos en la casa, la
piscina y el jardín. Todo ha sido política, política mala, definitivamente mala.
No entendemos nada. Cerca de nuestra vivienda irá la estación de alta velocidad
y casi al lado, a medio kilómetro de distancia, programaron el Llano Central.
Imagínese qué contrariedad. Después de una denuncia de la Junta de Andalucía
nos demuelen la casa y al mismo tiempo, muy cerca de nosotros, la misma Junta
piensa en la construcción de quince mil casas.
Somos británicos
y no nos enteramos de todo, pero sí de los suficiente como para entender que el
PSOE de Sevilla quiso dañar al alcalde Félix López porque era de otro partido.
Y ese daño se hizo usando a dos jubilados.
Ahora, ya ve,
vivimos en nuestro garaje, hemos tenido que construir un baño porque había una
rata en el viejo cobertizo que estábamos usando como ducha y lavabo. Tenemos
una cocina y hemos levantado una estructura de madera adosada al garaje para
tener un poco de más espacio. Todo gracias a Leonard, mi marido, que es un
manitas para estas cosas. Estoy segura de que la Junta no se atreverá a
derribar nuestro nuevo pequeño hogar.
- Cómo se
abastecen?
- De las tuberías
de una explotación agrícola cercana y del agua embotellada del supermercado; también
utilizamos un generador eléctrico y un poco de energía solar. “Vivimos con lo que hay y
arreglamos lo que está roto”,
dice un lema que hemos enmarcado en la pared de la cocina.
- ¿Han sido
muchos los periodistas extranjeros que han venido a filmar y entrevistarles?
- Bloomberg TV de
Canadá fue la mejor, la más organizada. Pasaron tres días con nosotros. La
productora era una mujer muy profesional, muy pendiente de todo. Su trabajo
resultó tan bueno que le duplicaron el tiempo de emisión que la cadena le había
asignado. La ITV británica estuvo también aquí. Todo esto les resultó un
espectáculo tan esperpéntico que cuando lo recogieron con sus cámaras fue
comprado por medios de Francia, Alemania, Japón e incluso Serbia. Sin embargo,
en España no interesó a ninguna cadena. Y no puedo olvidar a la BBC, a la
televisión noruega y a muchos otros que vinieron. Y no sólo televisiones,
también reporteros, fotógrafos... Se llevaron tanto material que podrían hacer
una película en Hollywood. La verdad es que es triste que casi lo que se ha
escrito y visto de Vera en el extranjero haya sido sobre nosotros.
- ¿Persiste el
interés de los medios internacionales sobre su caso?
- Pues sí. Hace
poco nos invitaron a participar en el programa Rip-off Britain, un programa de televisión sobre estafas y
pufos dirigida por Angela Rippon. Y un equipo de televisión japonés venido
desde Tokio estuvo aquí hace tan sólo unos días. No sé como se las arreglaron pero
doblaron nuestras declaraciones al japonés, que debe ser difícil. En
definitiva, se ha visto, oído y escrito sobre nosotros en todo el mundo. Una
pena para nosotros, para Vera, Almería, Andalucía y España. ¿Es que el gobierno
no se da cuenta del daño que está haciendo a su propios país? La palabra 'Junta'
suena mal a los británicos, cuando la escuchamos nos produce rechazo, nos suena
a banda de generales de América del Sur que han tomado el control del país y
pasan todo el día fusilando a los opositores. Es una imagen desafortunada. Y
eso que aparentemente las licencias aquí son meticulosamente estudiadas. De
hecho son mucho más difíciles de conseguir que en Inglaterra. El papeleo que se
precisa en España es montañoso. Y todo para que después te acaben tirando la
casa y la justicia te dé una insatisfactoria indemnización. Nuestra hija nos
anima a que llamemos a los periódicos británicos y les informemos del pobre
dictamen de los tribunales.
- ¿Cómo cree
que influyen casos como los suyos en la economía de Almería?
- Alguien nos dio
una estimación de las pérdidas que Almería había sufrido en la venta e ingresos
inmobiliarios, y su coste en puestos de trabajo. Habló de unos 5.000 millones
de euros desde que fue demolida nuestra casa y la historia se difundió por todo
el mundo. Sabemos que hay una gran cantidad de personas que quieren volver al
Reino Unido, pero no pueden. Los precios se han duplicado en el Reino Unido en
todo el tiempo que llevamos fuera.
Cuando volamos en
avión y miramos por la ventanilla vemos tanta tierra vacía…
- ¿Ha sido
justo el Ayuntamiento de Vera con ustedes?
- La gente de
Vera es una maravilla. Una vez, un viejo labrador puso su brazo sobre mis
hombros y preguntó si teníamos para comer. La gente local es siempre amable y
servicial, sentimos que están de nuestro lado. Sin embargo, los extranjeros no
tanto. Algunos nos culpan de no poder vender sus casas. ¿Qué esperaban, que nos
mantuviéramos callados y desapareciéramos de la comarca sin más? Imaginamos que
los abogados del Ayuntamiento habrán sido quienes han aconsejado al alcalde que
recurra la sentencia que obliga al Ayuntamiento a indemnizarnos con 425.000
euros. Pensarán que si aguantan el tema unos cuantos años más estaremos muertos.
Ya tenemos 72 años cada uno. Pero una de mis nietas es abogada en Inglaterra y nos
dice que no nos demos por vencidos. No sé si será una falsa percepción, pero
tengo la impresión de que el alcalde Félix López, que siempre nos atendió bien,
no se siente cómodo cuando nos ve. Yo no creo que sea el responsable de nuestra
desgracia, pero debe de sentirse mal. Por otro lado es curioso que el tema se
reduzca a las responsabilidades políticas, y a los notarios no se les mencione
en los casos de viviendas ilegales.
- Pero a
ustedes, tras la demolición, el Ayuntamiento les ofreció una vivienda
alternativa. ¿Por qué la rechazaron?
- Era un
apartamento perteneciente a un banco. Preferimos usarlo para almacenar nuestros
muebles. Nosotros no podíamos vivir en un apartamento. Mi marido Leonard siempre
ha sido una persona del campo y, además, tenemos cinco mascotas -tres perros y
dos gatos- todas abandonadas por sus dueños y adoptadas por nosotros. Son
nuestra familia. A uno de nuestros perros lo lesionaron gravemente unos
ladrones a finales del año pasado. Le golpearon con fuerza con el mango de un
hacha y sufre daños en su sistema nervioso.
- ¿Han
recibido ustedes algún tipo de ayuda de las administraciones británicas,
europeas o españolas?
- El Gobierno
británico no se ha pronunciado sobre nuestro caso, a pesar de que fue llevado
ante el Parlamento Europeo varias veces. No sólo eso. Tampoco advierten a sus
ciudadanos de los cuidados que deben tener si deciden comprar una casa en
España para evitar que una mañana alguien les comunique que es ilegal. A pesar
de que sólo en Andalucía los afectados debemos ser seiscientas o setecientas
mil personas, la mayoría británicos, nuestras autoridades jamás han intervenido
para ayudarnos. Y nosotros nunca hicimos nada malo. No hubo dinero negro y
pagamos todos los impuestos. Por eso hemos luchado y no nos rendimos. Llevamos
razón. ¿Imaginan ustedes que ocurriera algo así en los EE.UU, o en Alemania o
Inglaterra?
- Quién han
tenido un papel más activo ha sido AUAN –Abusos Urbanísticos en el Almanzora No-,
que ha defendido desde un primer momento a los compradores 'de buena fe'. ¿Qué
opinión tienen sobre la asociación?
- Es una organización absolutamente fantástica
y, desgraciadamente, poco apoyada por los británicos. Todos deberíamos unirnos
a ellos. Sólo la forman unas 300 familias, sin embargo AUAN protege a los
propietarios de 12.690 viviendas ilegales en el Valle del Almanzora. Todos
estos afectados deberían de estar con AUAN, que son los únicos que trabajan
incansablemente para que no se pisoteen nuestros derechos. Sabemos que las protestas de todos estos
años en la Plaza de Vera, o las organizadas en Cantoria y en Almería, han
servido para llamar la atención de las autoridades. De hecho, se cambió la ley
para que no se derribe una casa comprada de buena fe sin antes garantizar las indemnización
al afectado. Eso es un gran avance respecto a la legislación que había. Nosotros
pusimos nuestros granito de arena yendo al Senado español cuando se votó este
asunto. Fue un gran momento. La líder de la AUAN, Maura Hillen, merece una
medalla por todo su trabajo.
- Dado que ni
ustedes ni el Ayuntamiento están satisfechos con la reciente sentencia que
obliga a indemnizarles, se da por hecho que habrá recurso ¿Tienen fuerzas para
continuar esperando otros cuatro o cinco años hasta que se dicte un fallo
definitivo?
- Llevamos ocho
años soportando los costes de todo este proceso y gastados 200.000 euros. Y
ahora sabemos que aún se precisará más tiempo y dinero. La casa en la que
vivimos, que es un garaje reformado, obviamente, desde el punto de vista
inmobiliario no vale nada, aunque hemos gastado mucho dinero e invertido mucho
tiempo en su mejora. Si al menos nos dieran otra licencia para reconstruir…
pero no, nunca van a admitir que se han equivocado. Y mientras seguimos viendo cómo
se construyen casas aquí al lado. Con la indemnización del juzgado podríamos volver
a levantar un hogar, pero no queremos ir a otro lado, nos gusta Vera, nos gusta
nuestro terreno, fue el que decidimos comprar y al que se le dio una licencia.
No, no queremos movemos de aquí. Nuestra nieta abogada dice que la familia va a
luchar sin descansar. Los jóvenes tienen la energía y el apoyo de los padres y
no les importa una lucha larga en el tiempo. El tiempo es muy importante, los
mayores lo sabemos bien porque no nos sobra tanto como a los jóvenes. Casi
todos los afectados por sentencias de derribos en Albox y Cantoria son mayores...
A nosotros se nos hace muy difícil entender cómo a los 70 años nos vemos sin
nada que dejar a los hijos más que un antiguo garaje, que no vale nada, convertido
en vivienda; una casa inútil abastecida por una manguera y un generador.
- Muchos
europeos del norte siguen soñando con venir a España y disfrutar de su sol y su
calidad de vida ¿Qué les diría?
- Si quieren
venir a España, que vengan, pero que no compren. En España, que alquilen.
Tres euros por
cada uno de los tres mil días de incertidumbre, ansiedad y miedo
La sentencia de
la titular del juzgado número tres de lo contencioso administrativo de Almería,
Ana Fariñas, asume la petición de los Prior para que se dicte una indemnización
por daños morales. La pareja inglesa solicitó 200.000 euros, pero la
magistrada, ateniéndose a los informes periciales que obran en el expediente
judicial, valora en 12 puntos el daño moral sufrido. A resultas de ello
sanciona al Ayuntamiento para que resarza a la pareja, aunque con cantidades
muy distintas a las exigidas.
De acuerdo al
baremo de la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones, para Leonard
Prior se acuerda el pago de 7.442,16 euros como compensación a los 8 años de
sufrimientos que le ha causado la pérdida de su vivienda. A Helen, su mujer, le
corresponden 1.751,85 por el mismo concepto. 3.000 día de ansiedad, miedo,
incertidumbre e insomnios, se ventilan a razón de 3 euros diarios.
Una auténtica canallada del socialismo. Una tremenda injusticia llevada a cabo por los 'buenos' de España, los que nada quieren saber de Rajoy y el PP. Actuaron así con dos extranjeros, canallas, más que canallas.
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