“Yo sólo he visto fotos de Caicedo delante de la embajada americana, pero nunca dentro”

El alcalde de Cuevas del Almanzora, Antonio Fernández, recrimina a su predecesor no haber avanzado nada durante su mandato en el contencioso que Palomares mantiene con EE.UU. por la retirada del suelo contaminado con residuos nucleares

Una lancha de desembarco de la Armada norteamericana retira bidones con residuos de Palomares. FOTO: Tito del Amo.

Javier Irigaray / 09·10·2015

El alcalde de Cuevas del Almanzora, Antonio Fernández, recrimina a su predecesor no haber avanzado nada durante su mandato en el contencioso que Palomares mantiene con EE.UU. por la retirada del suelo contaminado con residuos nucleares, un asunto sin resolver desde que hace 50 años dos aviones colisionaran sobre la pedanía y dejaran caer cuatro bombas nucleares que, afortunadamente, no llegaron a explotar. Ahora ha trascendido que el Gobierno norteamericano “se plantea transportar a su territorio los residuos radiactivos”, pero el primer edil ve sólo electoralismo detrás de la noticia. 

“Sería un bombazo si fuera verdad”, fueron las primeras palabras de Antonio Fernández cuando solicitamos su opinión sobre la noticia de que el Gobierno norteamericano ha anunciado su intención de negociar el traslado hasta el desierto de Nevada de los residuos que, desde hace 50 años, contaminan 50.000 metros cúbicos de suelo de Palomares. 

Pero el regidor cuevano torció el gesto y exhaló un suspiro cuando recordó que “tenemos unas elecciones a la vuelta de la esquina y el Partido Popular es todo un experto en sacar conejos de la chistera en épocas de precampaña. Aquí ya conocemos sus promesas en campañas anteriores”. 

Le resultaba sospechoso al primer edil que tras “cuatro años en blanco” salgan noticias como ésta en plena precampaña. Puso de manifiesto Fernández la escasa eficacia de su antecesor en el cargo, Jesús Caicedo. “Él sabrá con quién ha hablado, porque yo sólo he visto fotos suyas delante de la embajada americana, pero nunca dentro, y el resultado lo estamos viendo todos: 50 años después, las cosas siguen igual”. 

Y es que el pasado viernes, 25 de septiembre, todos los periódicos de España incluían en su portada el anuncio de que el Gobierno de los Estados Unidos de América se había planteado transportar hasta su territorio los residuos radiactivos de las bombas atómicas que cayeron sobre Palomares en 1966, hace ya casi cincuenta años. El hecho concreto es que negociaba con el español la operación. 

El destino de los residuos sería una instalación militar en el desierto de Nevada, según constaría en la planificación para 2015 del Departamento de Energía estadounidense. 

Pero el Departamento norteamericano señalaba que esta propuesta está aún en una "etapa temprana de consideración" y que no se ha tomado aún una determinación formal al respecto. O lo que es lo mismo: nada. 

De momento, el estado de la cuestión es que los responsables de Energía de los Estados Unidos estarían "considerando" una evaluación ambiental para su almacenaje, tratamiento y posterior transporte de los residuos de baja intensidad de Palomares, hasta el almacén de Nevada. 

La importancia del anuncio estribaría en que, por primera vez desde que hace cinco décadas se produjo el accidente de los dos aviones norteamericanos que arrojaron cuatro bombas de plutonio sobre la pedanía cuevana, el Gobierno de Estados Unidos ha hecho una propuesta oficial en la que menciona ya un lugar concreto, Nevada, al que llevar los residuos radiactivos esparcidos en 50.000 metros cúbicos de terreno. 

La propuesta norteamericana llegó durante el pasado mes de julio, coincidiendo, curiosamente, con la denuncia que Ecologistas en Acción interpuso ante el Fiscal de Sala de Medio Ambiente y Urbanismo contra el Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (Ciemat), el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) y los miembros del Gobierno español responsables de haber permitido desde 1966 hasta ahora que exista “un cementerio nuclear al aire libre en Palomares”, según el abogado de los ‘verdes’, José Ignacio Domínguez. 

Antonio Fernández, alcalde de Cuevas del Almanzora, dice haber recibido la noticia con alegría, cautela, pero también con algo de escepticismo. “Sería un bombazo si fuera verdad, pero tenemos unas elecciones a la vuelta de la esquina y el Partido Popular es todo un experto en sacar conejos de la chistera en épocas de precampaña. Aquí ya conocemos sus promesas en campañas anteriores. Estuvieron dos años prometiendo limpiar y poner en servicio la desaladora que inutilizó la riada de 2012 y ahí sigue cerrada. Por no hablar de la construcción del tramo de AVE entre Cuevas y Pulpí, año tras año en los presupuestos, pero sin gastar un euro en él. Como la primera promesa ya no se la cree nadie y la segunda está por fin adjudicada y no les sirve, se han sacado ahora lo de Palomares”, declaraba Fernández. 

Por otra parte, el regidor aseguraba que “conmigo no se ha puesto en contacto nadie y entiendo que si la cosa fuera en serio alguien se habría dirigido a una administración, como es el Ayuntamiento de Cuevas, que es parte afectada y, además, tiene algo que decir en todo el proceso. Yo conozco el proyecto que elaboró el CIEMAT para la retirada de los residuos y es una tarea bastante compleja que se llevaría a cabo durante aproximadamente tres años. No se trata de que vienen unos señores con una escoba y un recogedor y se ponen a cargar bañeras, sino que hay que construir una planta de procesamiento, ir recogiendo meticulosamente y con sumo cuidado la tierra afectada, tratarla en la planta, envasarla en unos contenedores especiales diseñados para que la radiación no se esparza y, finalmente, transportarlos, y aquí no ha venido nadie a preguntar ni siquiera dónde podrían construir la nave. El anuncio de la retirada de los residuos radiactivos tiene toda la pinta de ser una cortina de humo con tintes electoralistas, aunque debo reconocer que nada en el mundo me gustaría más que estar equivocado”. 

El alcalde de Cuevas nos explicó “que hubo unos años, en los tiempos en que Andrés Heras era subdelegado del Gobierno, en los que se avanzó bastante. Entonces se realizó un proyecto y se llegaron a cuantificar los metros cúbicos que habían de llevarse, e incluso a valorar el coste de la operación. Hablamos de 2011”. 

“A partir de ahí –señaló Fernández- han pasado cuatro años en blanco. No han hecho absolutamente nada”. Cuando le recordamos las visitas del exalcalde popular, Jesús Caicedo, para interesarse por el contencioso de Palomares ante la administración norteamericana, el regidor socialista responde que “él sabrá con quién ha hablado, porque yo sólo he visto fotos suyas en el jardín delante de la embajada americana, pero nunca dentro, y el resultado lo estamos viendo todos: 50 años después, las cosas siguen igual”. 

“Hay un tango que dice que 20 años no son nada –recordaba el alcalde-, pero 50 son demasiados para un problema como éste. Nosotros sólo pedimos que se lleven lo que es suyo. Damos gracias a que no pasó una desgracia como la de Hiroshima, pero ya está bien de marear la perdiz y de poner excusas burocráticas. Medio siglo da de sobra para resolver cualquier cuestión de procedimiento que pudiera haber surgido. Incluso para solventar las que no. A partir de ahí todo entra en el ámbito de los pretextos”. 

Fernández aseguraba que “el Ayuntamiento de Cuevas no se va a dejar adormecer por cantos de sirena y trabajará y adoptará todas las medidas a su alcance para resolver de una vez por todas un contencioso demasiado enquistado y exigirá que, en justa correspondencia a todo lo que ha venido sufriendo el pueblo de Palomares, la administración de los Estados Unidos erija en la barriada un museo del recuerdo de toda esta historia”.