186 propietarios de nuestra comarca reclaman a la administración 5 millones de euros por unas tierras que el Ministerio de Fomento valoró en 2
Las expectativas auguraban el paso de 7.000 vehículos al día. El último balance dejaba un raquítico número de 3.142. |
Javier Irigaray / 11·04·2016
Más de 800 de los 921
propietarios de Murcia y nuestra comarca afectados por el trazado de la
autopista que une Vera con Cartagena reclaman en los tribunales el pago de un
precio justo por sus tierras. Los jueces están fallando a favor de los
expropiados, lo que significa que los 10 millones de euros reconocidos por el
Jurado de Expropiación Forzosa (JEF) del Ministerio de Fomento podrían acabar
triplicándose.
Los trabajos de la
autopista entre Vera y Cartagena comenzaron en el año 2004 pero a día de hoy,
cuando van a cumplirse 12 años, la mayor parte de las indemnizaciones por el
pago de los terrenos ocupados continúan pendientes de resoluciones en vía
judicial, al recurrir sus propietarios el precio determinado en su día por el
Ministerio de Fomento.
En Murcia, el Tribunal
Superior de Justicia de la región ya ha dictado las primeras sentencias y está
dando la razón a los expropiados, pero el Gobierno de España las está
recurriendo sistemáticamente ante el Tribunal Supremo, que viene ratificando
las emitidas por su homólogo regional. Sin embargo, en Andalucía, la Sala de lo
Contencioso del Alto Tribunal Andaluz aún no ha emitido ninguna y, en el caso
de que lo hiciera hoy mismo, la lentitud de los trámites imposibilitaría que se
ejecutara antes del año próximo.
Son algo más de 800 de
los 921 propietarios afectados quienes han recurrido a los tribunales por estar
en desacuerdo con el justiprecio estipulado por el Ministerio de Fomento y no
haber llegado, tampoco, a asumir las ofertas realizadas por la propia sociedad
adjudicataria de la autopista, Aucosta, un conglomerado empresarial integrado
por diferentes entidades financieras y constructoras lideradas por FCC.’
326 PROPIETARIOS
Entre los litigantes, 186
de los 326 propietarios de nuestra comarca han recurrido lo que consideran una
valoración “cicatera” por parte de la administración. Reclaman casi 5 millones
de euros por unas tierras que el Ministerio de Fomento valoró en 2. Aquí se
incluyen la práctica totalidad de los afectados de los municipios de Antas y de
Vera, 32 y 17 respectivamente, poseedores de los suelos más valorados de nuestra
zona por su proximidad a la autovía y al Polígono Industrial El Real. En menor
medida han recurrido a los tribunales los cuevanos y pulpileños expropiados,
debido al inferior valor de sus terrenos, que les deja un estrecho margen de
mejora una vez paguen las costas del procedimiento, siendo 41 los que han
recurrido al TSJA en Pulpí y ‘sólo’ 96 de los más de 200 propietarios con
terrenos ocupados en Cuevas del Almanzora.
Aucosta llegó en 2004, al
principio de las obras, a muy pocos acuerdos con propietarios de terrenos
adscritos a actividades económicas no agrícolas con el fin de agilizar y
asegurar su ocupación.
Por otra parte, también
aceptaron el justiprecio impuesto por el Jurado de Expropiación Forzosa (JEF)
los dueños de propiedades de escasa extensión, para los que un litigio
supondría mayor gasto que el dinero al que pudieran aspirar, y propietarios de
edad avanzada que, en previsión de lo que pudiesen alargarse en el tiempo los
procedimientos en los juzgados, prefirieron aceptar lo que les ofrecía la
administración.
Como en todo
procedimiento, tampoco faltaron quienes, aconsejados por sus abogados, en las
pedanías cuevanas de Burjulú y Guazamara adoptaron la extraña e insólita
decisión de firmar a 2,60 euros por metro cuadrado la cesión de sus
propiedades, cuando el propio JEF las había tasado en 4 euros.
Cada caso, como indican
desde el bufete de Pulpí ‘Cauce, abogados y asesores’, es diferente, pero los
tribunales están más que doblando el montante a percibir con respecto a lo que
pretendía pagar la Administración. Y lo que es más claro aún es que “quienes no
han recurrido a la justicia no cobrarán absolutamente nada, pues el Estado
tiene por norma demorar todo lo posible los pagos y, por supuesto, no hacer
efectivo ningún derecho de cobro que no le reclame nadie, por lo que es
imprescindible ‘moverse’, en palabras del abogado Andrés Ávila.
Este letrado del despacho
de José Luis Llavat señala que el procedimiento a seguir en estos casos difiere
del resto de los contencioso-administrativos, pues “tras el recurso pertinente
ante el Ministerio, el siguiente no se interpone ante un juzgado, sino ante una
figura especial de la propia administración llamada Jurado de Expropiación
Forzosa y, de aquí, cabe recurrir directamente a los tribunales superiores
regionales, sin pasar por ninguna otra instancia judicial previa”.
“El JEF reconoció en 10
millones el valor de las expropiaciones de todo el trazado de la autopista en
2004 –explicaba Ávila-, pero esa cantidad podría alcanzar los 29 si nos
atenemos a lo que ya vienen fallando los tribunales murcianos, una cantidad a
la que habría que sumar los réditos generados desde 2004 al 4,5% de interés
anual”.
El abogado insistía en
que cada caso tiene sus particularidades que vienen determinadas por la propia
situación de los protagonistas. “Hemos tenido dos clientes que por su necesidad
de liquidez inmediata hubieron de aceptar cobrar a 3,33 euros el metro unos
terrenos que la justicia, después, tasó en 12, o el de un propietario de Vera y
otro de Pulpí que han tenido que vender lo que les quedaba de finca por
necesidad perentoria”.
También es distinto el
valor del suelo en función de dónde estén ubicados, siendo más caros los
situados en el Campo de Cartagena, “que en 2004 estaban plantados de tomates y
muy cerca del Mar Menor, lo que les dotaba de un valor añadido potencial que se
tenía muy en cuenta antes de que estallara la burbuja inmobiliaria. Ahí tasaba
la JEF el metro cuadrado a 24 euros, mucho más que en la zona de Almería, donde
sólo el área de la playa de peaje de Vera –la explanada en la que están
ubicadas las casetas de pago- tenía algo más de valor, pues el resto eran todo
cerros. A Pulpí, las lechugas llegaron después”.
La autopista entre Vera y
Cartagena fue adjudicada el 15 de febrero de 2004 a la Unión Temporal de
Empresa Aucosta, formada por un grupo de entidades financieras y constructoras
lideradas por FCC que ostentan la titularidad de la concesión por un periodo de
36 años que expira el 15 de febrero de 2040. Una vez culminadas las obras, fue puesta
en servicio el 30 de abril de 2007.
AUTOPISTA FANTASMA
Tras una inversión de 650
millones de euros, su objetivo era convertirse en continuación de la AP-7
–desde Alicante a Cartagena- y canalizar tráficos turísticos y de otras
poblaciones de la zona, pero las expectativas generadas en torno al proyecto,
que auguraban el paso de 7.000 vehículos al día, no se han visto satisfechas ni
de lejos. El último balance dejaba un raquítico número de usuarios cifrado en
3.142 diarios, lo que la ha llevado a ser conocida con el sobrenombre de “la
autopista fantasma”.
El epíteto cobra fuerza
si comparamos sus números con los 15.827 vehículos que circulan cada 24 horas
por la carretera N-322 entre Águilas y Cartagena.
La autopista AP-7,
Cartagena-Vera fue declarada en concurso voluntario de acreedores, en 2012, por
el Juzgado de lo Mercantil número 11 de Madrid con un pasivo, es decir, una
deuda de alrededor de 550 millones de euros.
Una resolución del
Tribunal Supremo del año 2014 concluyó que es el Gobierno central quien debe
asumir el pago de las indemnizaciones en aquellas autopistas cuyas
concesionarias se encuentran en concurso de acreedores. El fallo venía a
confirmar otra sentencia similar del Tribunal Superior de Justicia de Murcia,
que condenaba al Ministerio de Fomento, más concretamente a la Demarcación de
Carreteras de Murcia, y al Jurado de Expropiación Forzosa al pago de las
indemnizaciones, intereses más el lucro cesante por responsabilidad patrimonial
subsidiaria a un grupo de afectados por la construcción de la autopista
Cartagena-Vera ante la imposibilidad de hacerlo por parte de la empresa Aucosta
por hallarse en concurso de acreedores.
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