El tercer sexo exhibe su orgullo en Vera

Medio centenar de participantes y más de trescientas personas de todos los sexos acudieron al primer desfile del orgullo gay que se celebra en el Levante almeriense

Un instante del desfile. FOTO: Pepe Alonso.

Javier Irigaray / 06·07·2016

Medio centenar de participantes y más de trescientas personas de todos los sexos acudieron al primer desfile del orgullo gay que se celebra en el Levante almeriense. No faltaron Drags Queen subidas sobre tacones ‘kilométricos’, transformistas, fornidos ‘bears lovers’ –osos amorosos- y otros arquetipos en una jornada que fue de fiesta y celebración pues, como la propia organización reconoce, la convivencia en la comarca entre ‘heteros’ y ‘homos’ transcurre con la normalidad más absoluta. 

Muy alejado en el tiempo queda una historia de palizas, cárcel y duros tratamientos psiquiátricos. Hoy, el homosexual vive el presente desinhibido y con naturalidad. Ya sin la urgencia de la reivindicación, el Día del Orgullo se ha convertido en un pretexto más para el disfrute y la camaradería. 

Grupos de los colectivos de gays, lesbianas y transexuales de la comarca celebraron por primera vez el Día del Orgullo Gay en la avenida de acceso a Vera Natura. 

Lo que comenzó hace unos años como iniciativa de un conocido pub de ‘ambiente’ de la playa, ha dado un salto cualitativo este año, cuando el equipo de gobierno de la ciudad propuso a sus organizadores convertir su ‘carnaval transformista’ en una cabalgata con la que sumarse a una celebración que ha adquirido dimensión mundial. 

Como dice uno de sus promotores, Francisco ‘Chillo’, “todos somos iguales, personas sin etiquetas”. 

‘Chillo’ define lo que se pudo vivir el pasado sábado, 25 de junio, en la avenida de acceso a Vera Natura, como “un pequeño carnaval que sirve para ayudar a muchas personas a conocernos como somos, gente normal”. 

El colectivo quiere acabar con los tópicos. “No es cierto que seamos promiscuos. Cuando nos casamos lo hacemos para toda la vida, como la inmensa mayoría de las parejas”. 

Han quedado atrás los tiempos en que la homosexualidad estaba catalogada como una enfermedad que era tratada con descargas eléctricas y se encerraba a los ‘afectados’ en pabellones psiquiátricos, sin que sirviera para nada. Es imposible curar lo que no es ningún trastorno. 

También pertenecen al pasado las cuatro décadas durante las que el régimen franquista tatuaba a palizas los cuerpos de los homosexuales que palidecían temporadas en los calabozos. 

Ahora se divierten en fiestas como ésta, en la que se exhiben con orgullo. “Son muy sanas –asegura ‘Chillo’-. No hay peleas ni broncas. Nosotros somos muy ‘flower power’, gente cariñosa”. 

Abría la cabalgata una comparsa carnavalesca que iba seguida por ‘el autobús de Priscilla’, uno de los iconos del ambiente gay, y cerraba la comitiva una espectacular carroza tripulada por transformistas, drags queen y representantes del colectivo ‘bear’ (oso). 

El público disfrutó del desfile, de muchachos encaramados en tacones de hasta 28 centímetros y de la espectacular belleza de algunos de los participantes. “Son guapísimos como hombres y como mujeres”, afirma el promotor. 

“Esto ya no hay quien lo pare”, concluye.