Anuncio superpuesto

Aviso Cookies

espacio


Radio Online

Botones

Reforma y Contrarreforma en el Levante de Almería

SAVONAROLA

15·05·2017


Vivimos, hermanos, tiempos de tránsito y de mudanza. Hoy también, pues que siempre así ha sido, y hacedme caso, pues os habla un viejo fraile que ha visto de todo y más en el tiempo que sus pies hollan este planeta, amable a veces, pero las más, duro.

Poco después de mi primera muerte, amadísimos discípulos, la Santa Madre Iglesia Católica, Apostólica y Romana se partió en dos fruto de la perversión de quienes por entonces la gobernaban, enviados en la Tierra más que de Dios del mismísimo diablo.

Este humilde monje que os habla, supo ver, y no es petulancia vana, los males que se avecinaban, emponzoñaban y buscaban el fin de la Casa Ecuménica de todos los hombres. Yo señalé el pecado constante y permanente en que vivían nuestros obispos y papas y, eso, me costó la vida, ser reducido a cenizas y arrojado a las gélidas aguas del Arno desde el Puente que hay en la Piazza de la Signoria en mi amada Florencia.

Tres décadas más tarde, dos hombres buenos señalaron los mismos pecados que gangrenaban la Iglesia y que acabaron por descuartizarla. Uno era de Rotterdam y se llamaba Erasmo. El otro, alemán: Martín Lutero.

Lutero, como otros pensadores y políticos europeos, buscó provocar un cambio profundo y generalizado en los usos y costumbres de la Iglesia Católica, además de negar la jurisdicción del papa sobre toda la cristiandad. El movimiento recibió posteriormente el nombre de Reforma protestante, por su intención inicial de reformar el catolicismo con el fin de retornar a un cristianismo primitivo. En particular, rechazó la teología sacramental que, a su parecer, permitía y justificaba prácticas como la "venta de indulgencias", un secuestro del Evangelio, el cual debía ser predicado libremente, y no vendido.

Además, los seguidores de Lutero protestaban contra un edicto del Emperador Carlos V que derogó la tolerancia religiosa que había sido anteriormente concedida a los principados alemanes.

La Reforma protestante dependió del apoyo político de algunos príncipes y monarcas para poder formar Iglesias cristianas de ámbito estatal, una suerte de Iglesias nacionales. 

Por su parte, Erasmo no conoció personalmente a Martín Lutero, ni se adhirió a la Reforma protestante, sin embargo, el alemán dijo en muchas ocasiones que una de sus fuentes de inspiración era la traducción que Erasmo había hecho del Nuevo Testamento

Lo que ni Lutero ni el Papa comprendían era que, en la mentalidad individualista del sabio holandés, ponerse del lado de católicos o de protestantes le resultaba igualmente repugnante. No estaba dispuesto a colaborar con ninguno de los dos bandos, porque le importaba más su libertad de pensamiento y su independencia individual e intelectual. Creía que esa libertad se perdería si se unía a cualquiera de los bandos, por eso se negó a tomar partido. 

A través de toda su vida, Erasmo había sido consecuente en sus críticas a los poderes establecidos y a los abusos que los malos religiosos hacían de ellos. Al verse involucrado en la trampa de tomar partido, tuvo que dar explicaciones y decir públicamente que sus ataques jamás se habían dirigido contra la Iglesia como institución ni mucho menos contra Dios como fuente de inteligencia y justicia, sino sólo contra los malos obispos y frailes que ganaban dinero vendiendo el paraíso y cometían otros delitos religiosos como la simonía.

Martín Lutero empezó a presionar a Erasmo para que se presentara como la cara visible de los reformistas, a lo que el holandés se negó. Por su parte, el papado también presionaba a Erasmo para que escribiera contra los protestantes. La negativa de trabajar para uno u otro bando fue interpretada por ambos como cobardía y deslealtad. La Iglesia lo acusó con una frase célebre: "Usted puso el huevo y Lutero lo empolló", a lo que el teólogo respondió con la no menos conocida ironía: "Sí, pero yo esperaba un pollo de otra clase".

Erasmo siempre había luchado por cambiar los abusos que los monjes, eclesiásticos y príncipes hacían de las ideas cristianas, pero no las ideas mismas. Él afirmaba que la reforma podía hacerse perfectamente sin recurrir a cambios doctrinales. 

El sabio de Rotterdam pasó los últimos años de su vida acosado por católicos y reformadores. Esos tiempos fueron amargos por las duras disputas con hombres a los que había querido y respetado en el pasado, pero que no le perdonaron el hecho de no haber querido tomar partido e intentaban desprestigiarlo en su ancianidad.

Y esto que os cuento, que pasó hace casi quinientos años, hijos míos, como el hombre es animal que no aprende sus errores, vemos como una y otra vez se repite hoy en nuestros días.

Todos coinciden, amados míos en que la más eficaz herramienta de los pequeños es la unión y, por eso, en esta comarca, formada por municipios chicos, hubo un tiempo en que, aquellos que los dirigían decidieron unir sus fuerzas en una Mancomunidad y diversos consorcios y empresas públicas con las que gestionar los intereses de sus ciudadanos.

Ese fue el origen, por ejemplo, de una empresa que gestiona el ciclo integral del agua. Surgió en años en que abrir un grifo no significaba necesariamente que por él se viera salir el líquido. Es más, que tal ocurriera tenía tantas probabilidades de acontecer como acertar una quiniela de catorce.

El advenimiento de la iglesia Galasa fue celebrado con alegría por toda la comarca mas, muy pronto, tal vez demasiado, sus papas y obispos comenzaron a abusar de ella, y la empleaban, no para vender indulgencias, sino, al contrario, para comprar voluntades, hasta el punto que su cuerpo llegó a presentar un estado de abyección y putrefacción cuyas metástasis llegaban hasta el más recóndito de sus rincones. Otro tanto podría deciros del Consorcio de Residuos.

Frente a ello, y más allá de discursos vacuos y predecibles, dos actitudes. 

Así, los hay que, como el sabio de Rotterdam, abogan por regenerar la empresa y luchar contra los malos obispos que la habían profanado y llevado hasta el grado de extenuación y perversión en que hoy se halla.

Otros, en cambio, en su afán de reforma, llegan al extremo de apartarse de ella y crear sus propias iglesias. Los hay que por el interés egoísta de los suyos, pero también por una ignorancia supina de quien sabe que, al final, los desperfectos los pagan siempre los ciudadanos.

Es cierto, hermanos míos, que ambos pusieron el huevo y, además, lo empollaron mas, qué queréis que os diga, los vecinos de esta bendita comarca esperaban, con toda seguridad, que salieran pollos de otra clase. Vale. 




No hay comentarios :

Publicar un comentario

 
© 2014 Comunicación Vera Levante, S.L. Todos los derechos reservados
Aviso legal | Privacidad | Diseño Oloblogger
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...