José Rodríguez, portavoz de Azata, la promotora de El Algarrobico, se presta a hablar de forma abierta del hotel más famoso del país cuando el Tribunal Supremo está a punto de dictar cuatro sentencias
Inmaculada G. Mellado / 25·09·2015
Prefiere que su fotografía no aparezca para alejarse de mensajes
“intimidatorios” e incluso “amenazas”, pero el portavoz de Azata, la promotora
de El Algarrobico, sí se presta a hablar de forma abierta del hotel más famoso
del país, cuando el Tribunal Supremo está a punto de dictar cuatro sentencias
que se anuncian como definitivas y mientras arrecian las críticas de
Greenpeace, que en un reciente informe ha llegado a vincular a la empresa con
la trama Gürtel o la operación Malaya.
- El hotel de El Algarrobico parece que se enfrenta a su último
examen este mes de septiembre, con las sentencias que debe dictar el Tribunal
Supremo. ¿Cree que aprobará?
- Se ha anunciado que habrán sentencias en septiembre, pero pueden
retrasarse, de hecho hemos asistido a muchos retrasos en sentencias
relacionadas con el hotel. Nosotros confiamos en la justicia y esperaremos a
ver qué dice. Siempre hemos actuado así, cuando no nos da la razón y cuando sí,
como ha ocurrido últimamente, con fallos que avalan que la licencia se dio con
todos los parabienes y que el sector era urbanizable, tal y como aprobó la
Junta con un informe de Costas y la aquiescencia del Ayuntamiento de
Carboneras.
- También hay una sentencia que dice que no es urbanizable. Pero si
un terreno está o no protegido no debería ser algo tan subjetivo, ¿no cree?
- El origen de todo es un cambio de mentalidad en la sociedad en
cuanto a los niveles de protección… El terreno donde está el hotel de El
Algarrobico inició su calificación urbanística como urbanizable en 1984, hace
más de treinta años, y tuvo su plan parcial aprobado definitivamente en 1988,
unos meses antes de la entrada en vigor de la Ley de Costas. Como contaba con
plan parcial antes de ese momento, la Ley de Costas establecía que la línea de
servidumbre podía ser de 20 metros. De hecho, Costas abrió un expediente que
fijaba el deslinde en 20 metros, y mantuvo esa distancia diez años. En 2005,
cuando la obra estaba avanzada, el Ministerio cierra el expediente de deslinde
de forma súbita y se pasa directamente a 100 metros. Eso inició la lucha
jurídica y las circunstancias en la que estamos en la actualidad. Nosotros
defendemos lo que decía la Administración. En 1999 compramos los terrenos y
contaban con todos los requisitos, por eso nos dieron la licencia, una licencia
que, por cierto, ahora se ha ratificado.
- La Junta incluso subvencionó el proyecto, pero ahora arremete
contra ustedes, ¿eso lo entienden?
- No, por eso nos mantenemos en la defensa de la legalidad de nuestras
actuaciones y de la propia administración. Dos de las sentencias pendientes se
refieren a la legalidad o no de la calificación urbanística, una calificación
que aprobó la Comunidad Autónoma. Nosotros no intervenimos en ella, pero estamos
defendiendo su legalidad y la labor de los funcionarios que en su momento,
antes de que compráramos los terreros, intervinieron en la aprobación de esta
zona como urbanizable y revisaron las características de la edificación, el
volumen, la altura y hasta color de la fachada.
- El color que ustedes eligieron en un principio para el hotel de
El Algarrobico era el ocre, no el blanco.
- Correcto, nosotros quisimos mimetizar el edifico con el entorno. De
hecho, cada planta cuenta con una jardinera longitudinal de un metro de ancho
con ese objetivo, mimetizar el hotel en su totalidad. También quisimos hacerlo
con los colores, usando tierras ocres y piedra natural. Eso no fue posible
porque las ordenanzas municipales y las normas urbanísticas obligaban a una
edificación basada en la construcción tradicional almeriense, de casas blancas.
- Bueno, eso no siempre ha sido así, en la época de los piratas se
buscaba camuflar las edificaciones y tampoco había cal…
- [Se ríe]. Cierto.
- Hablando de corsarios, a ustedes les han pintado de malos.
Greenpeace ha denunciado en un informe presentado hace unos días que han
construido hasta ocho ‘algarrobicos’ en otras partes de España.
- Azata es una empresa que tiene 50 años de historia y que ha
construido en muchos sitios, aunque no en los que dice Greenpeace. Lo que
buscan con ese informe es condicionar a la justicia, algo que ya han hecho más
veces, acusando a jueces y peritos cada vez que no se les da la razón, tratando
de amedrentar. En esta ocasión, yo creo que han traspasado la línea. Es un
informe plagado de falsedades, son mentiras, malos entendidos para confundir y
crear un velo de desconfianza hacia la empresa, que, insisto, no está
involucrada en ninguno de los casos de ese pseudoinforme. Esto tendrá
consecuencias judiciales que complicarán aún más la situación.
- Porque ustedes van a presentar denuncia contra Greenpeace...
- No le quepa la menor duda. En el informe hay falsedades de todo
tipo. Para afirmar que nosotros conocíamos que el deslinde era de 100 metros,
usan una carta que nos dirigió Costas relativa a ¡otro terreno, a otra
ubicación! Es evidente que quieren crear confusión en la opinión pública… En
cuanto a los procesamientos no estamos ni de lejos involucrados ni en la trama
Gürtel ni en la operación Malaya. Critican que hemos hecho una promoción en un
pueblo cuyo alcalde estaba imputado; entonces el panadero, el médico y el
carpintero también serán sospechosos…. Hemos llegado a un extremo de disparates
que hay que ponerle freno.
- Una de las acusaciones queda poco concretada. En Marbella se
limitan a asegurar que son socios de una de las personas señaladas en el caso
Malaya.
- No sabemos ni a qué persona se refiere… El caso Malaya ya no está
bajo secreto sumarial y se puede comprobar que la empresa no ha estado ni está
involucrada en ese proceso.
- Dentro del caso Gürtel los vinculan con una operación de cambio
de suelo en Majadahonda.
- No hemos estado involucrados ni entendemos a qué se refieren con esa
acusación. Estos señores de Greenpeace no saben ni lo que dicen.
- Quizá tienen un suelo en Majadahonda y no lo saben…
- [Se ríe]. Quizá, pero Azata no ha estado involucrada en ninguno de
esos casos.
- ¿El examen de septiembre en el Supremo será el último o habrá
repesca en febrero?
- Yo creo que habrá examen en febrero y más allá.
- ¿Porque habrá más recursos?
- Los ecologistas ya lo han dicho. Aunque la justicia no les dé la
razón afirman que el hotel debe ser derribado. Desde mi punto de vista, eso es
ponerse al margen de la ley.
- Menudo ‘culebrón’.
- Hace doce años que el hotel comenzó a construirse. De litigios
llevamos diez.
- Permítame la broma, pero a este paso capaz que se cae solo.
- ¡Ojalá que no sea así! Nosotros esperamos que vuelva la cordura.
Pensamos que el hecho de que el hotel se haya convertido en un símbolo ha
impedido que se pudiera encontrar una solución sensata de respeto al medio
ambiente y que mantenga puestos de trabajo. Nosotros creemos que eso es
posible, pero las posibilidades de acuerdo no han existido, no hemos encontrado
un interlocutor serio y responsable que nos permitiera alcanzar soluciones que
respondan a los intereses de las personas de la comarca, a los intereses
medioambientales y a los intereses de los propietarios. En la comarca se ha
protegido mucho terreno limitando los recursos de los habitantes de la zona y
sin tener en cuenta la necesidad de medios de vida.
- ¿Qué siente cuando ve hoteles funcionando en otras zonas del
litoral español?
- La necesidad de respirar profundamente.
No hay comentarios :
Publicar un comentario