Es la queja de Fernando Rubio, presidente de la Junta Central de Usuarios de Aguas del Valle del Almanzora
Fernando Rubio |
ACTUALIDAD ALMANZORA / 01·09·2015
A los recurrentes problemas de falta
de agua a que han de enfrentarse los regantes de nuestra comarca, se unen, una
vez más, los creados por los políticos. Un asunto que parecía zanjado y
resuelto por ley vuelve a aflorar de la mano del nuevo gobierno de Castilla La
Mancha. Los agricultores han de ponerse manos a la obra para resolver las
trabas que ponen precisamente aquéllos que elegimos para solucionar
inconvenientes. Es la queja del presidente de la Junta Central de Usuarios de
Aguas del Valle del Almanzora.
- ¿Qué opina de las presiones del
nuevo Gobierno de Castilla La Mancha para que se corte el grifo del
Tajo-Segura?
- Creíamos que con la aprobación del
memorando del Tajo estaban todos los problemas resueltos y que las
reivindicaciones de Castilla La Mancha iban a terminar, pero ha habido un
cambio de gobierno y enseguida han buscado un enemigo, que es lo que suelen
hacer los políticos que trabajan poco. Han buscado como enemigos a los regantes
de Alicante, Murcia y Almería y han enarbolado su bandera en contra de
nosotros. Creen que de esa forma conseguirán votos en todos los rincones de su
comunidad.
- ¿No hay una Ley que protege el
trasvase?
- La ley es muy clara. Primero tienen que
estar satisfechas las necesidades de Castilla La Mancha en cuanto a riego y a
partir de ahí se hacen trasvases. Y eso es lo que se está haciendo hasta ahora.
Se están garantizando 6 metros por segundo de desembalse, que es lo que
estipula la ley y lo que necesitan los campos de Castilla La Mancha, y para el
resto hay una normativa que se cumple escrupulosamente. Creíamos que con eso
estaba todo sellado y pactado, pero cuál es nuestra sorpresa cuando nos
encontramos con esto. Ya enseñaron la patita en la campaña electoral y ahora,
tras tomar posesión, la primera reivindicación es cargarse el trasvase
Tajo-Segura.
- ¿Y qué capacidad tienen para hacerlo?
- Son autoridades regionales, pero ya un
anterior presidente de Castilla La Mancha quiso cambiar el estatuto de esa
región, poniendo fecha de caducidad al trasvase en 2015. Hubo una reacción de
los regantes y con el apoyo del Gobierno central y de distintas autonomías
conseguimos paralizar ese estatuto y que el trasvase siguiese dando vida a
Alicante, Murcia y Almería.
- ¿Pero quién decide finalmente?
- La Constitución lo dice bien claro:
cuando la cuenca afecta a varias comunidades, las competencias son del Estado.
Pero los gobiernos que estamos teniendo son débiles y ceden ante las
autonomías. Lo estamos viendo en Cataluña, por ejemplo. Sale gratis para
cualquier presidente de Comunidad Autónoma reivindicar parcelas que no le
corresponden. Es algo cotidiano que creen que les sirve para conseguir réditos
electorales y de otro tipo. Y nosotros estamos en medio, zarandeados
continuamente por estos políticos.
- Si los regantes no alzarais la voz,
¿haría alguien algo?
- Los primeros que alzamos la voz somos
los regantes, que nos dirigimos al Gobierno… Somos nosotros los que presionamos
para que se cumpla la ley. Hay un memorando que pasó hace poco por el Tribunal
Constitucional y sus términos en cuanto al trasvase están muy claros. Eso
debería ser inamovible. Aragón hizo una reclamación… Los regantes estamos
viendo casos que, desde un punto de vista objetivo, son para llevarse las manos
a la cabeza. Si los regantes no estuviésemos pendientes, el trasvase del Tajo
habría desparecido hace años. Estamos al pie del cañón y recordando
continuamente que el Levante depende del agua, en gran parte del Tajo. En el
momento que bajemos la guardia, lo perdemos.
- Los políticos se llevan un buen
sueldo para estar pendientes de esas cosas.
- Hace un par de meses nos reunimos con
la ministra de Agricultura para tratar los problemas que tenemos con la
desalación y los trasvases. Estaba toda la plana mayor del Ministerio y hubo un
momento en que nos levantamos de la mesa para irnos. Eran reivindicaciones
justas y no se nos tenían en cuenta. Esa pasividad de los cargos públicos es
inconcebible. Tenemos un problema grave de agua que tenemos que resolver. Las
leyes nos dan cobertura en todo esto, pero hay una inhibición constante por
parte de quienes tienen que aplicarla y velar para que se cumpla. Parece que cometemos
un delito cada vez que pedimos un trasvase, cuando la ley nos ampara. Hubo un
acuerdo general y ahora, al año, ya están sacando el hacha de guerra.
- ¿Qué consecuencias tendría para el
Levante la desaparición del trasvase?
- Pues imagínese la lista del paro, por
ejemplo, en Huércal Overa. Si ahora hay 1.000 parados, sin el agua del trasvase
habría 10.000 ó 15.000. Si somos 80.000 habitantes en la comarca, la población
bajaría en 30.000 personas en unos meses. Se irían a buscar trabajo fuera,
aunque no sé dónde. Aquí tenemos agricultura y turismo y si la agricultura
desaparece… Imagine las películas del oeste, con los matojos volando. Sería un
desierto. Aquí o tenemos desierto o tenemos regadío. Si el regadío
desapareciera, seríamos un desierto.
- El agua no debería ser competencia
de una región, sino del Estado. No podemos estar pendientes de demagogias de
comunidades autónomas, porque al final una comunidad decidiría la vida o la
muerte de otra. Recordemos el trasvase del Ebro.
- Lo del Ebro es un tema que cuando nos
reunimos con altos cargos de la Administración siempre sale a colación. Se hizo
un Plan Hidrológico Nacional y estaba todo el mundo de acuerdo. Al llegar
Rodríguez Zapatero a la presidencia lo deroga, cuando ya se estaban poniendo
tuberías en Murcia y en El Saltador. Luego ganó las elecciones el PP, autor de
aquel PHN, gobierna en casi todas las autonomías y mi pregunta es ¿por qué no se
retoma esa obra? Ahora tenemos unos problemas gravísimos. Se está pensando en
hacer otro PHN, pero no se va a hacer nada. No hay ‘pantalones’ para hacerlo. Y
tenemos que estar sufriendo siempre, mirando al cielo a ver si llueve.
Luego están las desaladoras. Se hicieron
inversiones millonarias, pero están funcionando al 5 o el 10%. La Unión Europea
nos va a pedir cuentas y exigir que le devolvamos el dinero. Hay clientes
potenciales, pero tiene unos precios que para la agricultura son imposibles.
Estamos negociando que se pongan en marcha, pero a 50 céntimos el metro cúbico
es inaguantable, con sandías a 8 ó 10 céntimos el kilo.
- El agua desalada se vende cara y,
aún así, genera déficit.
- Y ese precio es sólo por la explotación.
Si se paga la inversión, alcanzaría el euro. Son cifras astronómicas. Sólo el
mantenimiento es inaguantable. Y no hablemos del consumo energético. Para
abastecimiento puede ser rentable. Para la agricultura es del todo inviable.
Puede servir de complemento a los trasvases, pero nada más. No puede suplirlos.
- ¿Cuándo vamos a escuchar a un
regante decir que tiene agua suficiente?
- [Se ríe] Llevamos dos años recibiendo
cantidades aceptables de agua, pero tenemos que seguir alerta, reivindicando.
Esto no se improvisa. El Negratín está funcionando con normalidad, pero han
aprobado nuevas concesiones para la zona de Baza y la tubería tiene sus
límites. Estamos reivindicando una nueva impulsión del Negratín y, también, que
se nos permita hacer una tubería paralela que llegaría hasta Hijate. En eso se
está trabajando actualmente.
También estamos muy preocupados por el
Tajo, porque no está lloviendo en la cabecera y en octubre se alcanzaría el
nivel 4, esto es, quedarnos sin dotación de agua. Además, están las presiones
políticas.
Estamos siempre con esa espada de
Damocles sobre nuestras cabezas. Es como si un camionero, en lugar de
preocuparse del transporte, de las ruedas, del camión…, estuviese preocupado
porque no hay gasoil.
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