Entrevista con Martín Morales, el alcalde de Turre que quiere que sus vecinos participen en la toma de decisiones
El alcalde Martín Morales se dirige al pueblo de Turre en un momento de la asamblea |
Inmaculada G. Mellado / 31·08·2015
Apenas 30 vecinos –cerca de 100 según
el Ayuntamiento- asistieron a la primera asamblea de participación ciudadana de
Turre, una novedosa iniciativa con la que el alcalde, el independiente Martín
Morales (Somos Turre), quiere trasladar la toma de decisiones importantes a la
ciudadanía. Sus socios de Gobierno, el PSOE, no acudieron a la convocatoria
popular.
- Apenas se cuenta una treintena de
personas en la primera Asamblea de Participación Ciudadana.
- Yo no las conté, pero me han dicho que
había entre 80 y 100 personas. Había bastantes vecinos, también sentados en los
bares cercanos y en la zona de juegos, con los niños. Hay que decir que no se
le dio demasiada publicidad al acto, a excepción de una batida en el mercado y
anuncios en las redes sociales. La fecha, en pleno agosto, tampoco era la más adecuada.
Pero yo quedé satisfecho, porque esperaba menos asistencia. Muchas personas me
felicitaron, aunque excusaran su ausencia. El apoyo ha sido abrumador. Yo creo
que la gente tiene muchas ganas de participar.
- ¡Pero si no participan…!
- Era una primera asamblea en la que
presentamos el proyecto, cómo se estructurarán las reuniones –habrá 10- y
cuáles serán las normas a la hora de votar. Esta iniciativa nos obliga, y eso
es lo importante, a informar exhaustivamente de cómo está el Ayuntamiento. Nos
obliga a ser transparentes. Los vecinos tienen que saber que si las fiestas
cuestan 40.000 euros, con 10.000 euros no va a haber suficiente. Tendrán toda
la información, actualizada y a través de internet, para que puedan decidir en
consecuencia.
- ¿No cree que es fácil acabar llenos
de derechos y vacíos de obligaciones? Si se somete una rebaja del IBI a
votación, seguramente habrá una mayoría que se decante por no pagar.
- Estoy de acuerdo. Estamos muy verdes,
pero el camino se hace andando y poniendo en marcha medidas valientes como
ésta. Es con información cómo los ciudadanos pueden saber lo que cuestan las
cosas y es así como la ciudadanía gana madurez y una conciencia social mayor.
Además, aunque son ellos los que decidirán, los políticos también vamos a
opinar y podemos influir en sus decisiones si somos capaces de explicar bien
las cosas.
Con respecto al ejemplo que ponía del
IBI, yo estoy convencido de que los vecinos preferirán que se cobre a todos
–hoy el porcentaje de recaudación está en el 60%-, antes que rebajar o subir el
impuesto.
- También puede darse picaresca por
parte del político, en el sentido de dar participación sólo en los asuntos que
le interesen ofreciendo una apariencia de impecable democrática.
- La idea de las asambleas es evitar las
obras faraónicas que se suelen hacer antes de las elecciones. Si tenemos
presupuestos participativos, no podrá haber obras electoralistas. De esta forma
evitaremos el despilfarro en torres o en hacer calles a concejales.
Yo creo que los vecinos, con independencia
de si son de derechas o de izquierdas, son capaces de ponerse de acuerdo a la
hora de decidir cuáles son las necesidades de un pueblo. Ellos perfectamente
pueden saber que la prioridad es cambiar la red de agua, pero llega el político
y dice que no, que se hace una torre. Nosotros queremos que sean los vecinos
los que digan dónde se invierte el dinero.
Seguramente en este proceso habrá
errores, pero es que estamos empezando…
- ¿Qué plantearon los ciudadanos en
esa primera asamblea?
- Manifestaron sus dudas, se notaba
inquietud y que la gente estaba ilusionada por poder decidir cosas. Hasta ahora
sólo podían elegir a sus representantes y si no se cumplen los programas, no
pasa nada. Parece que la gente cambia cuando llega al poder, pero ahora el
poder es del pueblo.
- ¿Era un acto de la Alcaldía o del
equipo de Gobierno de coalición?
- Era un acto del Ayuntamiento y a mí,
como alcalde y concejal de Participación Ciudadana, me correspondía estar ahí.
Sólo asistió un edil del PSOE. Ellos pretenden que la gente opine y decida,
pero es cierto que no quieren llevar la participación tan lejos.
- Lo lógico es que hubieran acudido.
- No se les puede obligar. Están de
acuerdo con poner en marcha una democracia participativa, pero es normal que
tengan temores, de que no funcione o de que les restrinja su capacidad de
decisión como representantes públicos. Es comprensible, pero estamos todos en
el mismo camino. Ellos estarán presentes cuando haya que explicar asuntos de
sus concejalías.
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