Los cálculos del Junta concluyen que la provincia podría disponer de 65 hectómetros cúbicos extras anuales
Javier Irigaray / 14·10·2015
Según un estudio realizado por la revista HORTOINFO, aprovechando el agua de lluvia que cae sobre las 29.596 hectáreas de invernaderos que hay en Almería los agricultores podrían ahorrarse 39’6 millones de euros si se aplica el precio del agua desalada y 16,5 millones de euros si el precio que se aplica es el del agua extraída del acuífero del Poniente almeriense.
Según los datos recogidos de los informes de la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio de la Junta de Andalucía, la media histórica de pluviometría en Almería es de 223 litros por metro cuadrado. Esta cifra, multiplicada por las 29.596 hectáreas de invernadero que existen en la provincia almeriense, dan una media anual de agua caída sobre las techumbres de los invernaderos almerienses de 65,1 hectómetros cúbicos.
Para hacerse una idea de la importancia de esa cifra, supone en torno al 25% por ciento del total trasvasado en este año hídrico que acaba de terminar desde el Tajo al Segura –unos 250 Hm3 para Alicante, Murcia y Almería-, incluyendo los 10 hectómetros cúbicos aprobados por el Gobierno en los últimos días y que ha publicado el Boletín Oficial del Estado (BOE) el pasado jueves 17 de septiembre de 2015.
El consumo medio de agua para cultivar las hortalizas en los invernaderos almerienses es de 495 litros por metro cuadrado y año, incluyendo, además del agua destinada al riego de las plantas, los riegos para desinfección, lavado de sales, mantenimiento de los sistemas de riego, entre otros. Así se recoge en el volumen de julio de 2012 de los “Cuadernos de Estudios Agroalimentarios de Cajamar”, relativo al uso del agua de riego en los cultivos de invernaderos.
Multiplicando el consumo anual de 495 litros por metro cuadrado, por las 29.596 hectáreas de invernadero, da un total anual de agua consumida de 146,5 hectómetros cúbicos.
Perfeccionando las techumbres de los invernaderos e instalando en todas y cada una de las hectáreas sistemas de aprovechamiento del agua de lluvia, se obtendrían los 65,1 hectómetros cúbicos de agua citados anteriormente, un 45 por ciento del consumo total.
Los beneficios derivados de la aplicación de esta medida son diversos.
El principal de ellos, de cara a garantizar la sostenibilidad de la producción de hortalizas, es el de contar con una importante cantidad de agua disponible sin necesidad de recurrir a recursos externos.
Otro de los beneficios es el de la calidad del agua de riego, ya que como es sabido la conductividad del agua de lluvia es 0’0.
El aprovechamiento del agua de lluvia caída sobre los invernaderos evitaría escorrentías, anegamiento de caminos e inundaciones.
Pero incluso si en contra se llegase a argumentar la inversión necesaria para adaptar las techumbres de los invernaderos y los sistemas de recogida, tengamos en cuenta que el agua obtenida de los acuíferos tiene un precio medio de 0’25 euros por metro cúbico y la desalada se eleva hasta los 0’6 euros/m3. Estos precios darían un ahorro anual de 16’5 millones de euros si aplicamos el precio del agua de acuífero y de 39’6 millones de euros al precio del agua desalada, que sería la que habría que emplear en un futuro próximo para seguir regando los cultivos de los invernaderos de Almería.
Más aún, si se cubrieran los invernaderos con placas solares transparentes, directamente se mejoraría la recogida del agua de lluvia y se obtendría un beneficio por la venta de electricidad de 1.800 millones de euros adicionales con el precio de 60 euros/Mwh., aproximadamente otros 60.000 euros por hectárea.
Como mínimo, es para pensarlo.
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