El portavoz socialista en la Diputación de Almería, Juan Antonio Lorenzo, habla del compromiso de su partido para salvar Galasa, pero advierte que no apoyarán una solución basada únicamente en subir precios para tapar una gestión manifiestamente mejorable
Juan Antonio Lorenzo |
El PSOE es consciente de que o se toman medidas urgentes, o
Galasa está abocada de forma inminente a su desaparición. Pero es optimista en
tanto en cuanto el PP asuma que la situación de la empresa, desproporcionadamente
endeudada, no puede arreglarse con la fácil medida de subir las tarifas. El
incremento de las mismas, defiende el principal partido de la oposición en la
provincia, debe ser muy estudiado para que la repercusión en el ciudadano sea
la menor posible, y ha de acompañarse por un plan de choque que aminore los
gastos y modifique la gestión.
“Si nos limitamos a subir precios y seguimos gestionando mal
y dejando que se siga perdiendo agua por las redes, no arreglamos nada. Y aunque
la Diputación posee la mayoría accionarial, tiene necesariamente que escuchar a
los ayuntamientos y darles el papel que por ley les corresponde. Sólo en ese
escenario habrá acuerdo y salvaremos Galasa”.
- El vicepresidente de la Diputación Javier Aureliano
García habla del 1 de diciembre como fecha tope para aprobar un acuerdo que
asegure el equilibrio en las cuentas, de lo contrario habrá que disolver la
empresa ¿es correcto?
- Es cierto que la fecha límite es el 1 de diciembre, lo que
no sabemos es si el Ministerio de Hacienda se mostrará inflexible u ocurrirá
igual que en otras ocasiones, como sucedió con la ley que regulaba los
servicios sociales que prestamos los ayuntamientos. En aquel momento, cuando se
aproximaba el plazo de entrada en vigor de la ley, el Gobierno remitió una
notificación eximiendo su cumplimiento por ser imposible de aplicar, según sus
propias palabras. No vamos a pensar que vaya a ocurrir algo así, pero yo sé que
el interventor está trabajando para procurar que el equilibrio pueda alcanzarse
paulatinamente, en varias etapas, que se nos permita equilibrar las cuentas en
dos o tres años, cuando se hayan culminado algunas de las inversiones previstas
para acabar con las fugas y abaratar el coste del servicio. Aún no ha
contestado el Ministerio, lo están consultando.
- ¿Y por qué se ha dejado caer a la empresa desde 2008,
cuando el inicio de la crisis y todos los indicadores hicieron saltar alarmas
en todas las empresas de este país, incluida Galasa?
- Yo preguntaría por qué no hemos hecho nada desde 2013. Yo
no sé lo que ocurrió en 2008, Serón no estaba en Galasa ni yo en la Diputación
entonces. No sé si hubo o no instrucciones políticas en aquel momento, aunque
sí he visto que los gastos se dispararon.
- El problema que se presenta a día de hoy es que no
queda prácticamente tiempo para reaccionar ante una ley nacional que obliga a
las administraciones y a las empresas públicas a equilibrar sus gastos e
ingresos antes de acabar el presente año. En caso contrario, hay que disolver
las empresas o someter a las administraciones a un régimen económico estricto. Pero
éste, siendo un problema que hay afrontar, no es ni de lejos el responsable de
los males de Galasa, que habría que buscarlos en el sistemático desprecio
político hacia la empresa. En cualquier caso y teniendo en cuenta el tiempo
corre en contra, ¿discrepa usted la Ley de Estabilidad Presupuestaria?
- Estoy a favor de que las cosas valgan lo que cuestan, pero
la aplicación de esa ley a Galasa esconde un deseo de privatizar el servicio
público que, en este caso, presta Galasa. No estoy en contra de la ley, sino de
cómo se está aplicando y, por supuesto, estoy a favor de la gestión pública.
- Pero esa ley garantiza que los gobernantes extremen el
cuidado a la hora de dirigir una empresa que es de todos los ciudadanos.
- La ley entró en vigor en 2013 y yo pregunto ¿por qué el PP
en la Diputación no ha hecho los deberes antes y hemos llegado a 2016 sin poner
en marcha los planes que tanto la propia ley como el interventor de Diputación
dijeron entonces que había que hacer?
- Que venga una ley a poner orden en una empresa pública
¿no deja en evidencia a todos los que no han cumplido con sus responsabilidades?
- A nadie le gusta subir el precio del agua. Es de lógica
que se tenían que haber hecho esfuerzos para bajar los costes del servicio para
que esa subida sea lo menor posible. Yo quiero pensar que se ha intentado,
aunque es evidente que no se ha conseguido. Ahora nos obliga una ley y estamos
en ello, pero tenemos distintos puntos de vista. El Partido Popular no quiere
mover su fórmula de gestión de Galasa, que es la que hay hoy.
- Pero la cuestión es si tenemos tiempo. Le recuerdo otra
vez que sólo hay margen hasta diciembre.
- Y yo le repito que el plazo empezó a correr en 2013, y así
lo advirtió el interventor instando a poner algún plan en marcha para corregir
la situación de la empresa.
- Dejemos a un lado quién es el culpable de la situación,
¿cómo se arregla esto?
- Trabajando. Se arregla aprobando unas nuevas tarifas y,
además, una gestión diferente. Así se equilibra la empresa.
- ¿Pero hay posibilidad de algún acuerdo, aunque sea
provisional, que permita salvar Galasa?
- Sí hay posibilidad de acuerdo. De hecho, ya se ha
alcanzado en muchos aspectos en que no lo había hace dos meses. Por ejemplo,
nosotros no nos planteamos nunca que los ayuntamientos perdieran sus
competencias sobre la gestión del ciclo integral del agua y es algo que
Diputación ya asume. Lo que no nos puede plantear nadie es firmar una subida de
tarifas a ciegas, sin haber fiscalizado su origen.
- ¿Se ha sacado el PP las tarifas de la manga o son el
resultado de un estudio previo realizado por técnicos?
- Son el resultado de un estudio que se ha limitado a
verificar el coste actual y dividirlo por los metros cúbicos de agua que se
sirven, sin plantearse en ningún momento corregir una gestión manifiestamente
mejorable que limitaría la subida planteada.
- Ese informe ¿lo hizo gente del Partido Popular o
técnicos de la empresa?
- Fue el personal de Galasa.
- ¿Y no confía el PSOE en el trabajo de empleados sin
intereses políticos?
- Nosotros revisamos ese informe y nos dimos cuenta de que
había parámetros que corregir. El primero, que no se pueden perder seis
hectómetros cúbicos al año.
- ¿Pero hay tiempo para corregir esas descomunales
pérdidas de agua en la red de distribución?
- Hay tiempo y es necesario minorar todo lo posible esas
pérdidas y, para ello, elaborar y poner en marcha un plan de inversiones que,
por cierto, propusimos nosotros y ya ha aceptado la Diputación, como también ha
aceptado, porque era ilegal, no incluir la financiación de las inversiones.
También hemos advertido que se pueden realizar las compras a un mejor precio.
Así, en lugar de un 40%, la subida será menor. No da tiempo a terminar las
inversiones necesarias, pero sí es posible calcular su efecto sobre el precio
final del agua.
- Pero eso podrá tener efecto para equilibrar las cuentas
futuras, no las de ahora.
- No podemos permanecer anclados y mirando atrás. Es
imposible equilibrar lo pasado, pero sí hay que buscar esa estabilidad en la
Galasa del futuro y, ese equilibrio será el resultado, entre otras cosas, de
ese plan de inversiones. El interventor ha consultado al Ministerio en ese
sentido y nosotros estamos obligados a estudiar todas las variables posibles
antes de subir las tarifas a los vecinos.
- ¿No estaban previstas las medidas que usted plantea en
el informe técnico que les presentó Galasa?
- El informe que nos presentó la empresa no prevé nada, se
limita a describir la situación actual y a señalar que faltan tres millones de
euros cada año que tienen que poner los usuarios del servicio. Nosotros
respondimos que hemos de buscar el medio de mejorar la gestión de la empresa
para que los vecinos en vez de tres pongan dos, uno o lo menos posible. Ese ha
sido nuestro planteamiento desde el principio. De momento ya hemos ahorrado a
los ciudadanos la financiación de la deuda. Nosotros no tenemos hoy la
responsabilidad de la gestión, que los ciudadanos le han encomendado al PP.
Javier Aureliano no puede decir que la pelota está en el tejado del PSOE y
quedarse tan pancho. Se pasó. Dice que la Diputación no puede asumir, si
llegara el caso, puestos en lo peor, al personal de Galasa; pues que mire en
otras como, por ejemplo, la Diputación de Jaén, que ha absorbido la plantilla
de empresas públicas liquidadas.
- La liquidación supone que cada socio se lleva su parte
de deuda ¿es así?
- Claro, pero en vez de salir a la palestra amenazando con
las 7 plagas de Egipto lo que tiene que hacer el Vicepresidente es trabajar
para rebajar los costes y convencernos. Lo que es fácil de entender lo
entendemos todos.
- ¿Cree usted a Javier Aureliano cuando dice que aceptará
la propuesta que ustedes le presenten?
- Todos queremos que Galasa tenga opciones de seguir
adelante. Yo sigo sentado en las mesas de trabajo y de negociación a pesar de
las decepciones que me provoca Javier Aureliano García. Seguimos haciendo
propuestas. Sin ir más lejos, esta misma mañana hemos planteado una serie de
cuestiones a los técnicos de la empresa para que las valoren, relativas a
rebajar la subcontratación de servicios, a las compras, y a la posibilidad de
llegar a acuerdos con los ayuntamientos para que éstos se hagan cargo de la
pavimentación tras la reparación de averías. Serón ya lo está haciendo. Estamos
comunicando a los técnicos aquello que creemos que puede ser útil para abaratar
los costes del servicio.
- Entonces, ¿habrá un documento que recoja todas esas
propuestas?
- Ya lo hay. El 11 de agosto entregamos en el registro de
Diputación un documento con nuestras propuestas, que incluyen un plan de
inversiones, los estudios que estimamos que son necesarios hacer, la doble tarifa
que diferencie en función de la procedencia del agua. Cuando dice Javier
Aureliano que el Partido Socialista no ha presentado ninguna propuesta miente,
y eso no es propio de un responsable público. Lo que no se nos puede pedir es
firmar en un barbecho, en el pie de un documento que no hemos estudiado.
Podemos llegar a un acuerdo sobre la tarifa. Sólo falta que nos presenten un
plan de ahorro de la gestión. El PP prefirió tirar hacia adelante, pero los
pueblos tienen su voz y su voto sobre lo que se debe cobrar por el servicio
integral del agua a sus vecinos.
- Entonces, según usted, ya están de acuerdo
prácticamente en todo, sólo a falta de un detalle.
- Pero el detalle no es pequeño, es precisamente el que
afecta más directamente al ciudadano, lo que tendrá que pagar por el servicio.
Todas las cuestiones que hemos planteado y ha aceptado el Partido Popular son
la mejor prueba de que es necesario sentarse a hablar antes de aprobar algo
así. El Partido Socialista ha hecho un trabajo importante en favor de los
vecinos de la comarca y lo va a culminar. Por eso no entiendo las declaraciones
de Javier Aureliano. Tal vez sea él el desinformado. Quiero aprovechar para
decir que Adela Segura, José Luis Sánchez Teruel y yo tenemos el mismo
criterio. Nuestro secretario General está perfectamente al tanto de la
situación de Galasa. En el Partido Socialista, las decisiones se toman en
conjunto. Yo también estuve en esa reunión a la que alude Javier Aureliano y
tengo que decir que fue de alto contenido político y concluyó con la necesidad
asumida por todos de llegar a una solución.
- El nacimiento de Galasa fue una decisión política.
¿Será la política quién acabe con ella?
- Plantearse siquiera ese augurio es prematuro. Estamos
intentando que Galasa siga en lo público, sin amenazar a nadie, sin recurrir a
la privatización, y una forma responsable de hacer política nos ha llevado a
sentarnos todos en una mesa para equilibrar la empresa. Es nuestra obligación,
nada que tenga que agradecernos nadie.
- ¿Tiene usted un pronóstico?
- Creo que el Partido Popular y los técnicos de la empresa
harán un esfuerzo para cuantificar cuál puede ser el ahorro en la gestión y
llegaremos a un acuerdo tarifario que contará con el beneplácito de todos,
sobre todo con el de los ciudadanos. El agua costará lo que valga. Ni un
céntimo más. Ya hemos demostrado que su gestión es mejorable, y buena prueba de
ello es que han asumido todas nuestras propuestas. Sólo quedan algunos flecos
para llegar a ese acuerdo y tener la tranquilidad y la certeza de que Galasa
quedará equilibrada.
- ¿Le queda algo por decir?
- Decía Javier Aureliano que se dejaba la piel. Nosotros
también, pero ¿dónde ha estado la piel del Vicepresidente durante los últimos
cinco años? Hemos llegado hasta aquí y flagelarse no tiene ningún sentido, pero
tampoco eludir responsabilidades. Aún quedan esfuerzos por hacer hasta el 1 de
diciembre e incluso después, porque Galasa tiene que seguir prestando su
servicio en el Levante y el Almanzora.
- Si la situación actual de Galasa es fruto de la acción
de los dos grandes partidos, que tienen mucho que callar al respecto, ¿por qué
insisten en lanzarse cubos de basura en lugar de callar y hacer acto de
contrición?
- Tiene usted razón. Alguien nos volcó un cubo de basura el
viernes mientras estábamos intentando arreglar esto, porque nosotros seguimos
trabajando desde la lealtad. No es el momento de pensar en el pasado, sino en
cómo salir de esta situación.
“No había escuchado jamás tanta demagogia junta”
Para el portavoz socialista, las declaraciones que el
vicepresidente de la Diputación, al que acusa de “mentir”, hizo a RADIO
ACTUALIDAD –recogidas en una entrevista que incluye este número-, son
“demagogia” y están “fuera de lugar mientras trabajamos para llegar a una
solución”:
“Me sorprendieron las declaraciones del Vicepresidente. No
había escuchado jamás tanta demagogia junta, aunque ya me estoy acostumbrando a
oír a Javier Aureliano en estos términos. La idea que intenta transmitir es
que, tras cinco años de gestión del Partido Popular y una ley como la de
Estabilidad Presupuestaria, elaborada por el gobierno de Rajoy, resulta que si
se cierra Galasa y sus cien trabajadores acaban en el paro será porque el PSOE
no ha solucionado los problemas de la empresa en los dos meses que restan para
que expire el plazo que ellos mismos han dispuesto. Él decía que quería ser
cauto, pero no lo fue. Más aún, mintió en algo muy importante y debería pedir
perdón por ello. Afirmó que el PSOE no ha presentado ninguna propuesta cuando
sí que las hemos hecho. No puedo entender por qué ese empeño en coger un
micrófono para hacer política con el agua y decir barbaridades como las que
dijo el pasado 9 de febrero. Es verdad que estamos obligados a entendernos,
pero a mí me dan ganas de levantarme cuando, mientras trabajamos para llegar a
una solución, escucho cosas fuera de lugar como las que dice el Vicepresidente
con afán de sacar ventaja política de una situación a la que nos ha llevado su
propio partido. No son maneras de negociar nada”.
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