“El PSOE cree que el cierre de Galasa es un farol”

PP y PSOE, manifiestan su frustración por no alcanzar un acuerdo que salve la empresa pública. Mientras tanto el tiempo corre y este mismo año se puede liquidar la sociedad a no ser que se apruebe un plan que la reflote y permita saldar una deuda de más de 37 millones de euros

Miguel Ángel Sánchez / 10·10·2016

Unos y otros, PP y PSOE, manifiestan su frustración por no alcanzar un acuerdo que salve la empresa pública. Mientras tanto el tiempo corre y la aplicación de la Ley de Estabilidad Presupuestaria obligará este mismo año a liquidar la sociedad a no ser que se apruebe un plan que reflote Galasa y le permita alcanzar tanto el equilibrio económico como saldar la descomunal deuda de más de 37 millones de euros que registra. 

El jueves 29 de septiembre y el viernes 30 tuvieron lugar la Junta General de Accionistas de Galasa y un Pleno de Diputación, respectivamente, que echaron un jarro de agua fría sobre las esperanzas de una pronta y urgente solución a los problemas de Galasa, la empresa pública que gestiona el agua en la mayor parte de las comarcas del Levante y el Almanzora, sobre cuyo futuro se cierne y cobra más fuerza la amenaza de un cierre, para el que ya hay una fecha que marca el punto sin retorno: el próximo 1 de diciembre. Si para ese día no hay acuerdo unánime de Diputación y Ayuntamientos, de PP y PSOE, se aplicarán las medidas recogidas en la Ley de Estabilidad Presupuestaria y la sociedad pública pasará a situación de liquidación debido a sus descomunales pérdidas que rozan los 40 millones de euros. 

El verano comenzaba con la noticia del mandato que populares y socialistas habían recibido de sus dirigentes provinciales para llegar a un acuerdo que asegurase la continuidad de la empresa, lo que, en virtud de la Ley de estabilidad presupuestaria aprobada por el Congreso hace tres años, ha de pasar inexorablemente por conseguir el equilibrio de unas cuentas que desangran a la empresa a un ritmo que supera los 3,5 millones de euros cada año. 

Pero esa luz que tímidamente se abría, pareció apagarse los ya citados 29 y 30 de septiembre. Aunque aún no se ha extinguido. Menos de un mes para la fecha límite deja un resquicio al acuerdo 

Responsabilidad 

Por una parte, el portavoz del Partido Socialista Juan Antonio Lorenzo, lamentaba que “desgraciadamente no ha sido posible el acuerdo”. Acusaba de ello a Gabriel Amat, presidente de la Diputación y de Galasa, y anunciaba que exigirán responsabilidades por lo que califica como “pésima gestión” de la empresa. 

“Galasa -explicaba- no se va a cerrar porque los estatutos se modifiquen o no, porque se deleguen o no en la Diputación las competencias de los ayuntamientos sobre la gestión del ciclo integral del agua, sino por una ley que aprobó el Partido Popular y por la mala gestión que se ha venido realizando. Y los municipios, antes de echarse mano a la cartera y asumir su parte de la deuda, tendrán que exigir responsabilidades a quienes han generado esta situación y se oponen a enmendarla. Quiero recordar que esa responsabilidad penal es exigible más allá de los diez años. Quien tenga que pagar, que lo haga. Yo, como alcalde de Serón y portavoz de mi partido, no firmaré en blanco para suscribir una mala gestión, aunque todos hayamos tenido algo de culpa en ello”. 

Lorenzo recordaba que el presidente de la Diputación les había asegurado “que los estatutos únicamente se modificarían para adaptarlos a la nueva normativa vigente y que los ayuntamientos no perderían su competencia sobre el ciclo integral del agua, y ahora les están exigiendo que la deleguen en Diputación”. 

También apuntó que el pasado 26 de septiembre registraron en Diputación unos documentos “que reflejan la pésima gestión que ha realizado el Partido Popular durante estos últimos cinco años y que esperamos que asuman”. Y se pregunta: “¿si lo reconocen, entonces por qué no hacen los cambios necesarios y se niegan a que una forma diferente de gestión sea tenida en cuenta a la hora de calcular el equilibrio de la empresa”. 

Critica el socialista al PP “por hacer demagogia constantemente, como cuando quieren vincular el futuro de los 100 trabajadores a la decisión del Partido Socialista. Me parece excesivo”. “No vamos a negar la parte de culpa que el PSOE ha tenido durante sus años de gestión, pero ahora la responsabilidad es del Partido Popular”. En este sentido subrayó: “Ya hemos advertido que tienen que mejorar los precios de compra de agua y la forma de comprar a proveedores, que raya la ilegalidad y además no es eficaz. Corrigiendo sólo esos dos aspectos, el incremento de las tarifas, que pos supuesto no hemos aprobado, podría quedar en la mitad de la que propone el PP”. 

Plan de reflotación

En tanto, el vicepresidente de la Diputación, Javier Aureliano García, afirmaba con rotundidad que “el plan para reflotar Galasa sigue adelante, pero los socialistas creen que esto del cierre es un farol y que los problemas de Galasa se solucionarán solos”. 

“Todavía esperamos –declaró- una propuesta alternativa del PSOE que sigue sin llegar. ¿Por qué no la pusieron encima de la mesa el pasado viernes 30 de septiembre durante el Pleno de Diputación?” 

“Es verdad –reconocía con cierta sorna- que llevaron unos documentos para decir que hay que acabar con las fugas y arreglar las tuberías, pero eso ya lo estamos haciendo, no hace falta que nos lo diga nadie. Les pedimos que nos presenten una propuesta argumentada con la tarifa que ellos estiman que es la suficiente para conseguir el equilibrio financiero de la sociedad, porque, de no ser así, el 1 de diciembre comenzará el procedimiento de liquidación de Galasa”. 

García aclaró que “la propuesta de subir un 23% el precio del recibo no es nuestra, es el resultado del estudio que elaboraron los técnicos de la empresa y cuando el PSOE se opone a ella, no pone en cuestión al PP, sino al trabajo de los técnicos de Galasa. Los socialistas creen que esto es un farol, pero no, no lo es, su actitud tendrá consecuencias inmediatas, el cierre”. 

Y continúa, “si no hay una alternativa, Galasa se terminó. Para eso sólo hace falta que un ayuntamiento no apruebe las nuevas tarifas, con eso bastaría para que las cuentas no se equilibren. Así se lo dije a los trabajadores. Eso supone que se irán a la calle, y no amenazo a nadie, pero no voy a ocultar que el cierre de Galasa supondrá el reparto de una deuda de 61 millones de euros, los 37 que debe la empresa más las indemnizaciones que comportará su liquidación, entre los ayuntamientos socios, será la quiebra técnica de casi todos. A partir de ahí, la responsabilidad correrá a cargo de cada municipio”. Advirtió que “quien quiera prestar el servicio desde lo público, correrá con él. Quien lo prefiera, lo privatizará, como hizo el Ayuntamiento socialista de Albox, que desde entonces está pagando el precio más alto de España por el agua”. 

El dirigente popular está convencido de que detrás de todo está el interés del Grupo Socialista de que el servicio del agua lo preste “una empresa privada. Lo aseguro y lo certifico. Lo digo aquí y lo he dicho en la Junta General de Accionistas y en el Pleno de la Diputación”. 

Con tono más severo, Javier Aureliano García dijo no estar dispuesto “a que nos quieran dar clases de gestión y de eficacia quienes mantenían siete asesores y sueldos de cien mil euros, los que no sacaban ningún contrato a licitación y subieron las tarifas en 2009 sin que ningún municipio se pronunciase. Los mismos que derogaron el trasvase del Ebro y arruinaron Galasa”. 

“Si estudiaran las auditorías externas e internas que hacemos todos los años hubieran detectado, como nosotros, que el agujero y el desequilibrio se produce desde que Vera abandonó Galasa, cayendo un 30% los ingresos, pero ellos mantuvieron la estructura del gasto al 100%. Nadie corrigió eso. Qué más daba, Galasa era un juguete que mi partido también mantuvo así y yo lo lamento y pido perdón”. 

Concluyó con que “ahora tenemos un diagnóstico y el médico ha prescrito el tratamiento. Si el PSOE no está de acuerdo con esa medicación, que nos diga cuál es la más acertada y por qué. Después de todo me siento muy decepcionado por la actitud de los socialistas, pero también conmigo mismo, porque tengo que admitir que no he sabido hacer ver a mis contrincantes lo que yo percibo tan claro”.