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“¡Arráncalo, por Dios, arráncalo!”

Y José Antonio Aznar arrancó su Porsche sin luces en medio de la negra noche granadina, pisó a fondo el acelerador y ganó no sólo el tramo, sino el Rally Primeras Nieves y su IV Campeonato de Andalucía consecutivo, algo que todavía no había conseguido nadie


José Antonio Aznar, actual campeón de España GT y de Andalucía de Rally
Javier Irigaray/ 20·12·2017

Y José Antonio Aznar arrancó su Porsche sin luces en medio de la negra noche granadina, pisó a fondo el acelerador y ganó no sólo el tramo, sino el Rally Primeras Nieves y su IV Campeonato de Andalucía consecutivo, algo que todavía no había conseguido nadie, apenas un mes después de alzarse con su tercer título nacional de GT. Pero él sigue manteniendo que no es un crack, tan sólo un aficionado. 

Sucedió el pasado 19 de noviembre. No se trataba del Rally de Inglaterra. Tampoco era 1998 ni quien gritaba era Luis Moya, copiloto de un Carlos Sáinz que intentaba apagar el fuego de su motor a quinientos metros de la línea de meta mientras veía cómo se esfumaba un campeonato del mundo que tenía al alcance de la mano. 

“¡Arráncalo, José Antonio, por Dios, arráncalo!”, gritaba Crisanto Galán desde el asiento derecho del Porsche de Aznar, parado en la negra noche granadina durante el último tramo del Rally Primeras Nieves, el que decidía el campeonato de Andalucía. 

Aznar había comenzado la prueba con posibilidades muy remotas de hacerse con el título. “Era muy difícil, estábamos segundos en la general a cien puntos del líder, Pedro David Pérez, que corría en casa y sólo necesitaba puntuar, ser 9º en la carrera, para alzarse con el campeonato. Nosotros teníamos que quedar primeros y rezar para que él entrara más atrás del 10º puesto. Era casi imposible, pero nuestra pasión es competir y lo hicimos”. 

“Llegamos hasta esta última carrera tan ajustados porque tuvimos que abandonar en dos pruebas por averías. David tuvo que retirarse también en otras dos, pero en esos rallyes había menos puntos en juego y por eso iba por delante de nosotros en la General”. 

La prueba comenzó el viernes,18 de octubre, por la noche, con un tramo muy corto, de apenas tres kilómetros, “de ésos que en la jerga de los rallyes llamamos ‘de espectáculo’ porque es imposible establecer grandes diferencias de tiempos debido, precisamente, a lo poco que duran”, cuenta Aznar. 

“Nosotros lo tomamos como un trámite –prosigue-, con el único objetivo de no perder tiempo de cara a la clasificación, pero él quiso marcar diferencias desde ese primer momento. Su intención sería, con toda seguridad, establecer una distancia importante que nos obligara a arriesgar para provocar un error por nuestra parte, pero acabó cometiéndolo él en la tercera curva, apenas iniciada la prueba. Arriesgó demasiado, frenó tarde, pilló un bache que dejó en el aire una rueda durante la frenada, perdió adherencia y cayó por un barranco dejando el coche destrozado. Y con mucha suerte, porque de haber impactado contra una columna del tendido eléctrico junto a la que pasó rozando, el accidente se habría convertido en tragedia. Cometió un error porque quería ser campeón ante su afición ganando la prueba”. 

“Al finalizar el tramo no sabíamos nada. Mientras bajábamos para tomar la salida del segundo, no nos cruzábamos con él y le pregunté a Crisanto, mi copiloto, si tal vez le hubiera pasado algo, pero él me contestó que seguramente estaría ya en la zona de carrera del siguiente tramo. Cuando vimos parada a su asistencia y observamos que el coche de David no estaba, nos detuvimos y nos dijeron lo que había ocurrido”, narra José Antonio Aznar. 

“En ese momento –continúa-, las cosas se nos ponían de cara, pero teníamos que ganar la carrera. Ser segundos no nos valía a pesar del abandono del granadino. Nuestra estrategia pasaba por ganar los cuatro tramos de la mañana del sábado y sacar la máxima diferencia, porque nos pisaba los talones Javier Agüi, un piloto de Guadix, donde tendríamos que correr los tramos de la noche y que, como presumíamos, ganó tres de las cuatro últimas carreras, aunque por mucho menos tiempo del que le habíamos sacado por la mañana”. 

A 170 EN ZONA LENTA 

“A partir de ahí, fuimos mimando el coche. Se trataba de no perder tiempo y de evitar pinchazos y otros contratiempos. Íbamos bien durante el último tramo, tanto en las zonas lentas, en las que andamos entre los 150 y los 170 km/h, como en las rápidas, donde alcanzamos los 225 km/h. Yo hablaba con el coche, y no es broma. Le decía ‘pórtate bien’, y es que veíamos el título al alcance de la mano. Entonces, se nos paró el coche por falta de batería. Yo me cagué ‘por la pata abajo’ y Crisanto, como si fuera el copiloto de Carlos Sáinz el día en que se le averió el coche a quinientos metros de la meta, me gritaba “¡arráncalo, José Antonio, por Dios, arráncalo!”. 

“Fue un momento dramático –recuerda con la emoción aún a flor de piel-. Le dije a Crisanto que apagara las luces, conseguí arrancar y seguimos casi a oscuras. En una curva rápida a derechas me llevé un golpe. ‘¡Céntrate, por Dios!’, me pedía mi copiloto, y yo hice todo lo que pude, corriendo sin suficiente luz y, aún así, sólo perdimos dos segundos. Nos pudo costar el título”. 

Un título que sabe a gloria a nuestro campeón. “Este campeonato lo hemos corrido como nunca. Los rallyes con Pedro David han estado a un nivel altísimo”. 

ANNUS MIRABILIS 

Para Aznar, 2016 ha sido el año de las maravillas -Annus mirabilis-. “La temporada ha acabado muy bien. Hemos conseguido el campeonato de España GT y el subcampeonato en la categoría de carrozados. Ahora añadimos el de Andalucía, con el que hemos conseguido un hito importante, pues somos los primeros en ganarlo por cuarto año consecutivo. Nuestro reto ahora es ponerlo más difícil ganándolo de nuevo el año que viene, para lo que ya hemos empezado a trabajar. Queremos mejorar el coche, pues el que tenemos está demasiado justo para la competición. Hay muchos con más potencia y menos peso que el nuestro”. 

Pero el campeón cuevano es un animal nacido para la competición que no renuncia a nada. “Todos los patrocinadores son amigos míos, les apasiona la competición y están ilusionados con nuestros proyectos. Estamos en el mejor equipo Porsche, el Prorally de Málaga. Tanto el equipo como nuestros patrocinadores merecen la repercusión que tiene competir por el título nacional y no voy a defraudarles, por eso, aunque quiero situar el listón del campeonato de Andalucía en los cinco consecutivos, no voy a renunciar al de España”. 

“Un agente me quitó 6 puntos del carné” 

“El año pasado, en Cádiz, un sargento de la Guardia Civil me multó durante la competición y me quitó seis puntos del carné, pero no tuvo la valentía de sancionarme in situ, sino que me envió la denuncia por correo”. 

Y aclara: “La denuncia se basa en una sarta de mentiras. Sostiene que estuve probando y corriendo fuera del área reservada para el rally, lo que era rotundamente falso, y que circulaba portando placas de matrícula rojas. Intentó que me descalificaran por eso, cuando es legal competir con esas placas, y me estuvo persiguiendo durante todo el fin de semana. 

Es una pena que en un cuerpo como el de la Guardia Civil haya individuos así y que, además, todo se resuelva con su palabra, que prevalece sobre la mía”. 

El agente ya había tenido algún ‘roce’ anterior con el campeón por discrepancias relacionadas con la carrera.


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