Los retrasos con la depuradora supondrán que Antas siga vertiendo sus aguas al río hasta 2019

La alcaldesa critica que la Junta impidiese en 2012, tras la riada que se llevó por delante la estación, la conexión con la EDAR de Vera y esté permitiendo la contaminación del cauce

La alcaldesa de Antas, Isabel Belmonte, junto al filtro de drenaje construido de manera provisional en tanto se dota al municipio de una nueva depuradora, instalación de que carece desde la riada de 28 de septiembre de 2012.

Miguel Ángel Sánchez / Javier Irigaray / 22·10·2015

La alcaldesa critica que la Junta impidiese en 2012, tras la riada que se llevó por delante la estación, la conexión con la EDAR de Vera y esté permitiendo la contaminación del cauce. 

Mientras los andalucistas coinciden con la primera edil, los socialistas reprueban a la regidora por demorar las expropiaciones de los terrenos que permitirían a la Junta desembolsar los 3,5 millones que requiere la inversión. Isabel Belmonte responde culpando de ello a la administración regional. 

La tardanza en la construcción de una depuradora en Antas tras la desaparición de la existente arrastrada por las aguas del río Antas en su furiosa crecida de septiembre de 2012, genera tensión entre los tres grupos políticos de la Corporación. 

El portavoz del principal partido de la oposición en el Ayuntamiento de Antas, el socialista Antonio Pérez, denunció en los micrófonos de RADIO ACTUALIDAD que “en 2010 la Junta aprobó construir una nueva depuradora porque la que había se había quedado obsoleta. En aquel momento aprobó la construcción de una nueva EDAR que costaba 3,5 millones de euros y el Ayuntamiento sólo tenía que poner a disposición de la Junta los terrenos”. 

Pérez añadió que “en 2012, tras la riada, el delegado provincial de Medio Ambiente, José Manuel Ortiz, vino a Antas y le recordó a la alcaldesa que existía ese proyecto y que en cuanto pusiera los terrenos a disposición de la Junta comenzarían las obras, pues estaba aprobada la consignación del dinero. Por consiguiente, que hoy, tres años después de la riada, no exista depuradora en Antas, es porque el Ayuntamiento aún no ha puesto los terrenos a disposición de la Junta”. 

“El Ayuntamiento de Antas –acusaba el portavoz municipal y secretario general de los socialistas antusos- no ha tenido ningún interés en que se construya la depuradora porque el PP siempre ha querido conectar con la depuradora de Codeur en Vera, lo que es mucho más caro puesto que habría que subir los residuos hasta el polígono de Aljoroque, cruzar la autopista y llevarlos hasta Vera a través de una tubería de 8 kilómetros”. 

“Los terrenos que el Ayuntamiento ha sido incapaz de expropiar son 5.000 m2 de secano que no valen más de 10.000 euros –apuntaba Antonio Pérez-. Me dijo la alcaldesa que no se había podido hacer por problemas con los propietarios, que eran muchos, lo que es mentira porque los terrenos son propiedad de unos extranjeros. Hace dos meses, en el anterior pleno, aprobaron encargar a Diputación que se hiciera cargo de la expropiación”. 

Pérez lo tenía bastante claro y repetía, a modo de conclusión, que “la idea del PP de Antas siempre ha sido llevarse el agua a la EDAR de Codeur, en Vera”. 

“Es un embustero” 

Visiblemente molesta, Isabel Belmonte respondía al socialista con un contundente “es un embustero”. Y añadió: “a mí no me dijo nadie de la Junta que si ponía unos terrenos a su disposición nos hacían una depuradora nueva. Ningún alcalde de España hubiera dejado pasar tres años si eso fuera así”. 

Pero no era esa la única ‘mentira’ que Belmonte recriminaba a Pérez: “Tampoco son 10.000 euros, sino el doble, algo más de 20.000, los euros que cuestan los terrenos según la valoración efectuada por la Junta”. 

La regidora desmintió también que el suelo a expropiar perteneciera a un único propietario: “son más de treinta los afectados, está publicado en el Boletín Oficial de la Provincia”. 

En cuanto a la competencia de expropiar los terrenos, la alcaldesa asumía resignada no saber “si corresponde al pueblo de Antas, pero no teníamos más remedio porque es el requisito que nos exigían para hacer el proyecto y construirla”. 

Ante la acusación del tiempo perdido en consumar las expropiaciones, Belmonte explicó que “no podían estar realizadas antes porque, aunque la riada tuvo lugar el 28 de septiembre de 2012, la Junta no nos entregó el proyecto hasta julio de 2014 y, sin saber qué características requerían los terrenos ni qué cantidad de metros hacían falta, no podíamos ponernos a expropiar; es entonces cuando el Ayuntamiento inicia todo el papeleo, una burocracia que es muy lenta”. 

La regidora explicó todo el proceso llevado a cabo por la corporación que preside: “Desde julio de 2014, hemos tenido que pedir un informe de vertidos a la Junta, que no nos facilitó hasta tres meses después, entonces aprobamos el proyecto, iniciamos y aprobamos un cambio de clasificación de 6.000 m2 de suelo afectados para calificarlos como ‘dotacional’, con su pertinente proyecto de actuación. Hemos tenido que hacer un convenio con Diputación para que se encargara de la expropiación, porque Antas no dispone de los medios para llevarla a cabo, y que tuvo que ser aprobado en Pleno por ambas instituciones. Todo eso en un año. Creo que más no se puede correr”. Así son las trabas burocráticas en España. 

“Mientras tanto –añadió Belmonte-, el Ayuntamiento hizo una obra de emergencia con 169.000 euros de los Planes Provinciales, y añadimos una tubería para alejar aún más el punto de vertido y molestar menos a los vecinos”. 

La alcaldesa concluía que “el problema se hubiera solucionado mucho antes y por mucho menos dinero si la Junta hubiese dado su visto bueno a la invitación que en 2012 hizo el Ayuntamiento de Vera para llevar los vertidos hasta su depuradora municipal”. Esto habría supuesto que Antas abandonara la empresa pública comarcal Galasa en lo tocante al tratamiento de aguas residuales, para establecer una relación con la semipública Codeur de Vera, cuya estación EDAR –con un servicio restringido al municipio- tiene capacidad suficiente para asumir la depuración de otros pueblos colindantes. 

Al respecto, la alcaldesa Belmonte se desmarcaba de las acusaciones de Antonio Pérez sobre un hipotético interés de los populares antusos por dejar Galasa y trabajar con Codeur. “Si a mí –decía la alcaldesa- Codeur me ofrece una solución a un problema tan grave como es la falta de depuración de las aguas residuales, que nos tenía hasta el cuello a los más de tres mil vecinos de Antas, mi obligación es acabar con ese problema. A mí no me dio instrucciones nadie para adoptar una decisión u otra y tengo claro que mi pueblo está antes que mi partido”. Eso en referencia a las presiones que habría sufrido desde la Diputación, dirigida por el PP, que en su condición de máxima accionista de Galasa no habría visto con buenos ojos que un ayuntamiento dirigido por una alcaldesa del Partido Popular debilitara Galasa conectándose con una depuradora no gestionada por la empresa pública comarcal. Los populares tendrían en el andalucista Diego Castaño un aliado a la hora de conectar con la depuradora de Codeur. 

“Un auténtico disparate” 

Castaño manifestaba ser partidario de que este asunto se hubiera solucionado “por medio de un colector que enganchara con la EDAR de Vera. ¿Que las administraciones no se ponen de acuerdo? No pasa nada. Vera se salió de Galasa y Antas podría negociar el servicio con Vera a un coste menor”. Lamentaba el andalucista que lo que ocurre en relación con la depuradora de Antas es “un auténtico disparate”. 

“Nuestro sistema político –añadía Castaño- funciona muy mal. Aquí no se piden responsabilidades a nadie. Se hacen las cosas a la buena de Dios a sabiendas de que los contribuyentes pagan sumisos los errores de los políticos que actúan sin ningún sentido. Si en Vera hay una depuradora con capacidad para dar servicio a 70.000 personas y ahora sólo lo presta a 15.000, ¿por qué no nos podemos mancomunar?” 

El líder del Grupo Andalucista calificaba de vergüenza que la administración autonómica “impidiese en su día pasar una tubería por el río, y si embargo permite que corra la mierda libremente por el cauce”. Eso, insistió, sin contar que la conexión de Antas con Vera “costaría mucho menos dinero”. 

Como “afrenta” y “bochornoso” juzgaba Castaño “que en Antas estemos más de tres mil personas tirando toda nuestra porquería al río que, cada vez que llueve, las aguas la llevan hasta el mar y cometemos un delito, mientras que aquí nadie dice ni hace nada. Una situación de extrema gravedad como ésta tenía que haberse resuelto todo lo más en un par de años”. 

“Es un ejemplo –concluía Diego Castaño- de la dejadez con que funcionan todas las administraciones, porque todas están implicadas aquí, desde la europea a la municipal, pasando por Junta de Andalucía y Diputación. Todos se tiran la pelota unos a otros, la pelota está en el tejado y nadie sube a recogerla. Es algo parecido a lo que ocurre con el río Antas”. 

El hecho es que tres años después de las riadas Antas sigue sin depuradora, al igual que Huércal Overa, Los Lobos y Alfaix. Las previsiones antenses pasan por una posible licitación de la obra el próximo verano de 2016. Y si se cumple este plazo, a esperar unos años más con sus ya sabidos retrasos hasta que la inversión se concluya y pueda reponerse el servicio.