Mar de plástico y campoamargo

RAFAEL M. MARTOS

09·10·2015

Ya resulta sorprendente que lo primero que haya que poner en una película de ficción es que es eso, ficción, pero en la serie de Antena 3 "Mar de plástico" estrenada hace un par de semanas lo pusieron. Tal vez se trataba de prevenir las críticas que algunos almerienses habían empezado a expandir por las redes sociales semanas antes, o tal vez por considerar la productora -dejándose llevar por eso mismo- que los almerienses son más torpes que los demás, y que a pesar de llevar a gala ser "tierra de cine", aquí no sabemos distinguir entre reportaje documental y película de ficción.

Es la primera vez que he seguido por las redes sociales los comentarios de la gente sobre una emisión televisiva, y la verdad es que uno encontraba de todo, pero lo que más, sentido del humor. Claro que, otras veces, no era fácil saber dónde llegaba la ironía y dónde comenzaba el fustigamiento al que tan dados son algunos.

Es -hay que insistir en ello- pura ficción, una historia inventada que discurre en un determinado ambiente localizado en algún lugar de Almería. La verdad es que a quienes somos de aquí nos sorprende que a los invernaderos los llamen "los plásticos", o que al almacén de envasado lo denominen "fábrica", o algo tan contradictorio como que al principio del capítulo se argumente que los agricultores están organizados en cooperativas y luego sólo veamos a un terrateniente... y cómo no, a nadie le pasó desapercibido que en el bar te ponen la cerveza sin tapa ¡inaudito!

Es verdad que en esos pequeños detalles podían haber puesto más interés, pero luego hay otras cuestiones que sólo sonrojan. Por ejemplo, las críticas al habla que utilizan. Lo curioso es que podía leerse en algunos comentarios que era acento sevillano, y nada más alejado de la realidad. En los medios de comunicación audiovisuales se utiliza acento neutro, y así, en las películas o en los informativos, escuchamos que hablan castellano sí, pero no como lo hablan en Madrid o en Castilla, y lo mismo sucede cuando un actor tiene que hablar en andaluz, que usa ciertos recursos que identifican este dialecto fuera de Andalucía pero aquí nos resulta raro. Tampoco los cubanos hablan en las calles de Cuba como en sus películas... ni los gallegos.

Por lo demás es una serie de intriga y, como tantas, comienza con un asesinato, un policía atormentado que acaba de llegar y que se embarca en la tarea de atrapar al criminal. Y sí, aquí, en Almería, hay gente de razas diversas, de nacionalidades distintas, y hay racistas y xenófobos, pero también hay gente solidaria, y hay extranjeros que roban, matan, extorsionan y trafican, y ciudadanos españoles "respetables" que explotan a los inmigrantes y a los que no son inmigrantes, que corrompen a políticos y a funcionarios... vemos en la serie a una alcaldesa corrupta, madre de la joven asesinada y tal vez relacionada con el cacique... no es tan raro ¿no?

Aquí, como en otros sitios, también ha habido crímenes que han encendido a la población autóctona y se ha rebelado como un animal salvaje... ¿les suena?

Campoamargo no es ningún sitio concreto de Almería -por mucho que suene a una mezcla entre Campohermoso y Aguamarga y otros quieran identificarlo con El Ejido- pero podría serlo, y esos poblados de inmigrantes existen (el último desmantelado fue en Tierras de Almería precisamente), y esos invernaderos existen, y esos paisajes maravillosos existen.

La serie hay que verla -la curiosidad de descubrir las localizaciones, o de ver algún extra conocido que haya participado- como lo que es, una ficción... como se ve Hawaii 5.0 o Corrupción en Miami, o Policías en Nueva York, o Sin tetas no hay paraíso (esta discurría en Madrid)... por mencionar sólo series, pero añadan las películas, y ahora mediten si están dispuestos a ir o no de turismo a Hawaii, a Miami o a Nueva York... o si su opinión sobre el Partido Popular cambiará tras visionar "B" el filme que relata el caso Bárcenas, o si ha variado su punto de vista sobre el PSOE tras ver alguna de las producciones que reflejan el caso GAL, o tras alguna de las relacionadas con ETA han pensado que todos los vascos son terroristas.

No tengo la menor idea de si la serie merecerá la pena o no, pero desde luego, si la sigo viendo, lo haré como lo que es, una ficción. Nada más.



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