OSCAR GAGLIARDI
22·04·2016
No es de sorprender, y de hecho tristemente no sorprende, que las malas formas y la poca educación se apoderen de los plenos de algunas ciudades o municipios. Más aún si hablamos de Mojácar y su actual alcaldesa, la ya famosa reina del dominó silencioso, la conocida por su imbatible porcentaje de voto por correo a nivel nacional o sus constantes ordenanzas rozando siempre la inconstitucionalidad. Dictámenes dictatoriales a su imagen y semejanza que en muchas ocasiones ha tenido que modificar por no ajustarse a la ley. Llamada a la atención en varias ocasiones por el Defensor del Pueblo, incluso declarándola persona non grata. Canterana de oficio en el PSOE y titular de beneficio en el PP, el currículum de la máxima autoridad de Mojácar no tiene desperdicio.
Si es verdad que a veces se apacigua unos meses e incluso a muchos se nos olvida la fiera a la que nos enfrentamos, déspota como pocas, es capaz de ostentar el record de advertencias y expulsiones en plenos por legislatura, la verdad es que algún día comprobaré este dato, pero seguro que si no es la número uno, está en el top ten.
Todo este preámbulo viene a cuento por la razón real de este artículo. Una vez más he vuelto a ser expulsado del pleno de mi pueblo tras ser llamado a la atención por opinar lo que no me podía callar debido a la falta de educación con la que suele tratar a la oposición. Me podría haber callado, la verdad, pero es que ya son muchas las veces en la que observo esta actitud y esta vez quizás los pensamientos no han podido reprimirse en mi interior y han tenido que manifestarse en voz alta. Se me ha advertido una vez, he respondido y me han expulsado. Quizás he actuado mal, pero hay que dar el mismo respeto que el que uno recibe.
Recuerdo a los lectores que he sido expulsado en varias ocasiones y tenido juicios por una acción por la que luego la ley me ha dado la razón, la de poder grabar los plenos municipales por cualquier ciudadano. De hecho la ley obligó a la alcaldesa a permitir grabar el pleno a cualquier ciudadano, cosa que hago asiduamente, casualidades de la vida esta vez no estaba grabando. Una pena no captar este gran momento que siempre retratan la mala praxis de una política como Rosa María, grande de Mojácar.
Lo más gracioso es que no sólo se las gasta así con la oposición, sino también con su propio equipo de gobierno, cortando la palabra a sus compañeros, amonestándoles públicamente e incluso haciéndoles la jugada que más le gusta: “¡Primera Advertencia! ¡A la tercera te expulso!” Es gracioso cuando se lo he visto hacer a sus propios concejales, pero bueno, si ellos lo toleran es su problema. Nosotros sí que no lo toleramos, ni antes, ni ahora, ni nunca.
No podemos admitir llegar a un pleno ordinario con nuestros ruegos y preguntas en los que hemos estado trabajando, o por otras que nos han acercado los vecinos y comerciantes de nuestro municipio, y que se nos intente despachar en tan solo dos segundos diciendo textualmente: "A todas las preguntas que habéis formulado, ya las estudiaremos". Esta es la segunda vez que lo intenta.
Tengamos en cuenta que el Pleno Ordinario es el único órgano donde la oposición puedo preguntar, sugerir, proponer mociones y, en definitiva, fiscalizar más en profundidad al equipo de gobierno en un municipio como Mojácar que, por su numero de habitantes, por ley ha de celebrarse cada dos meses. Nosotros incluso proponíamos hacerlo cada mes para asegurar una política municipal más ágil, transparente y dinámica, incluso con la participación del público también, pero obviamente el Partido Popular que encabeza la alcaldesa se opuso rotundamente. Es más, muchos de estos plenos se han anulado por motivos de agenda, es decir, que hemos estado hasta seis meses sin poder presentar nuestras inquietudes políticas o preguntar por diversos temas de actualidad.
Es más que notorio y conocido el oscurantismo y opacidad con la que se gestiona la política en Mojácar. Por ello nos parecen muy importantes estas sesiones plenarias, y por ello exigimos un mínimo respeto hacia nuestro trabajo.
No se puede estar mirando el móvil, bostezando y mirando el reloj porque tienes alguna reunión dentro de un rato. Su trabajo, señora alcaldesa, es estar ahí de la forma más amable y correcta que su educación le permita. Aunque los temas que le pongamos encima de la mesa le pongan nerviosa y alterada.
Parece ser que por lo que se preguntó en este último pleno, quizá le ha llegado a molestar, porque hemos hablado de su ineficacia a la hora de proponer nuevas ideas para el municipio. De hecho ha usado mociones nuestras, rechazadas en principio, para después llevarlas a cabo como iniciativas propias. Quizás también le ha molestado que resaltásemos su mala gestión, reconociendo esto ella misma en otros plenos. Como la mala idea, según ella misma dijo, de haber gastado tanto dinero en construir la oficina de turismo en el nuevo ascensor, ya que la ubicación no era la ideal.
Pero sinceramente creo que lo que más le ha molestado a la alcaldesa ha sido que de nuevo hemos destapado un caso de posible malversación de fondos, recordando que no es políticamente correcto, e incluso podría hasta ser constitutivo de delito, pagar una carpa en nochevieja a un negocio privado con dinero de todos los mojaqueros. Supuestamente, según su testimonio, ésta era una carpa pública, pero a nuestro parecer, al no haber sido publicitada en ninguno de los perfiles oficiales del ayuntamiento, al no haber sido subastada en un concurso abierto para los negocios que quisieran gestionarla, al estar montada en la propia terraza que este negocio tiene en un espacio público y al observar que ni el logotipo del consistorio ni ninguna otra mención sobre él se hace en el cartel publicitario de ese evento, nosotros claramente vemos un favor pagado con dinero de todos los contribuyentes a un negocio privado. Es decir, que lo único público en esa carpa ha sido el dinero con el que se ha pagado. No toleraremos que un solo euro de las arcas municipales se gasten de manera partidista a cambio de favores.
No somos muy exigentes con nuestros gobernantes, tan solo pedimos un mínimo de respeto, un poco de profesionalidad y sobretodo que sean honestos. Rosa María Cano ha demostrado a lo largo de su carrera carecer de estas cualidades, pero nunca es tarde para cambiar.
Es por ello que me voy a tomar la libertad, aunque no es costumbre mía la de advertir a nadie, de regalarle bondadosamente esta advertencia para que la tenga bien presente: Respire, relájese, ame a la gente y sobretodo sea buena persona. Así todo le irá mejor en su larga carrera política.
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