Un desesperado intento del PP por alzarse con la alcaldía de Turre hizo dudar hasta el último minuto a Somos Turre. La asamblea de esta agrupación debatió intensamente hasta instantes antes de entrar en el pleno si la candidata del PSOE merecía o no ser respaldada.
María Isabel López y Martín Morales no se llegaron a
cruzar la mirada durante la sesión.
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Javier Irigaray / 27·02·2017
Si en la película de los hermanos Cohen protagonizada por Bardem y Josh Brolin se afirma que el suyo “no es país para viejos”, la política de la comarca no está hecha para corazones débiles según la escriben los actores que la ejercen.
El último capítulo tuvo como escenario un abarrotado salón de Plenos de Turre el pasado miércoles 22 de febrero. No cabía un alfiler, como tampoco en la antesala, llena también, sobre todo, de representantes del PSOE de toda la comarca. Allí se pudieron ver a los alcaldes de Bédar, Los Gallardos, Garrucha, Lubrín, Zurgena y Cuevas del Almanzora. Junto a ellos, otros ediles o destacados socialistas de Mojácar, Antas, Garrucha, y Vera, además del parlamentario turrero Rodrigo Sánchez, el exalcalde de Turre José Navarro o la responsable provincial de Política Local, Adela Segura. Por el Partido Popular ningún rostro conocido, exceptuando a los concejales de su grupo municipal.
La sesión contaba con un único punto en el orden del día: sustituir a Martín Morales (Somos Turre) tras su dimisión del jueves anterior para cumplir el acuerdo de gobierno pactado con los socialistas. Veinte meses de alcalde para el comunista Morales y veintiocho para López (PSOE). Todo debía discurrir con normalidad.
El gobierno liderado por ST devino en una formación partida en dos y en un alcalde gobernando en solitario y por decreto. Voceado e insultado por los pasillos del Consistorio, según contó el propio Morales, precisamente por aquélla a quien debía votar en apenas unos minutos para que le sucediera en el cargo.
El edil comunista recordaba un día después que no olvidó la saliva que hubo de tragar cada vez que en los plenos alzaba su mano en solitario y tuvo enfrente a todos, entre ellos, a quien ahora necesitaba y esperaba su apoyo para sustituirle en la alcaldía.
En su cabeza, como contó después del pleno, aún rebotaban los improperios y una palabra que le dirigió María Isabel López apenas unos meses atrás y su excompañera María Luisa Cervantes incluso aquella misma mañana: “Dictador”.
Aún así, confesó haber hecho “de tripas corazón” media hora antes de la sesión, y logró convencer a sus compañeros de asamblea para otorgar la confianza a la joven líder socialista de 27 años. “El pacto de gobierno nos obligaba, de momento, a confiar en quien tanto desconfió de mí”.
El ambiente, tenso pero tranquilo, se alteró con una primera intervención de Grima, que solicitó que la votación se realizara mediante sufragio secreto. La petición fue inmediatamente replicada por la candidata del PSOE, y la secretaria decidió someterla a plebiscito de los ediles al no existir consenso. El resultado fue favorable al deseo del portavoz popular que se salió con la suya gracias al inesperado apoyo del alcalde saliente.
Ése fue el instante en que las caras socialistas mudaron su expresión. Eran todo un poema a la espera de un resultado que empezaban a intuir inexorablemente adverso, como ya ocurriera, menos de treinta días antes, en la asamblea del Consorcio de Residuos y reconocieron algunos de los socialistas presentes, que admitieron también que una pregunta circulaba por sus neuronas: ¿Votará Martín en secreto lo mismo que aquéllos con los que coincidió alzando el brazo?
María Isabel López necesitaba su voto. Contaba con el de la mitad de Somos Turre, María Luisa Cervantes, que, ‘divorciada’ políticamente de su partido y tras haber estado escuchando durante las semanas anteriores a unos y otros, se lo había prometido hasta públicamente esa misma mañana en una entrevista que concedió a RADIO ACTUALIDAD.
También se lo había asegurado Martín Morales, pero que el exalcalde apoyase la propuesta de Grima para que se votase en secreto debía resultar inquietante para los socialistas. Morales cuenta que por su mente pasaban los recuerdos de “veinte meses de desencuentros e insultos”. Llamaba la atención a cualquier observador que, hasta ese momento del acto, la alcaldable y su socio no habían cruzado sus miradas ni una sola vez. Además, López tenía que conocer el insistente rumor (confirmado al día siguiente por el propio Martín) de que miembros de la asamblea de ST y representantes del PP habían estado negociando durante esa misma tarde del miércoles 22. De hecho, aseguró el exalcalde que hasta media hora antes de entrar al Ayuntamiento, la formación de izquierdas dudaba entre apoyar a su socia de gobierno o abstenerse despejando el camino de Grima a la alcaldía.
El azar se sumó al suspense y quiso que antes de que se leyera el contenido de la última papeleta, el resultado provisional arrojara un empate a cinco votos. Así, cuando la secretaria leyó en esa cuartilla final el nombre de María Isabel López, la nominada, tras unos segundos de silencio, fue la primera en irrumpir en aplausos como expresión de alivio por el objetivo cumplido.
“Esto se parece cada vez más al fútbol –confesaría a ACTUALIDAD ALMANZORA a la mañana siguiente-. Aunque yo siempre he confiado en mis compañeros de gobierno, los partidos se juegan hasta el último minuto”.
Después vendrían los discursos. Arturo Grima reconvino a la equipo de gobierno integrado por las dos formaciones de izquierda: “ustedes no pueden seguir gobernando como lo han hecho durante estos 20 meses”, y dirigiéndose a la nueva regidora le aconsejó “aglutinar” a su equipo y “procurar que las diferencias” sean las menos posibles. “Está muy feo que los integrantes de un mismo gobierno voten de manera diferente”.
Mayores reproches salieron de la boca de Martín Morales, que abundó en el “voto dispar” en los plenos del que habló el portavoz de la oposición, y afeó a la regidora su “desconfianza, falta de compañerismo, deslealtad e incluso los insultos” que le dirigió mientras él estaba al frente del Ayuntamiento. También le recriminó no haber querido firmar un documento que asegurara no desandar los proyectos puestos en marcha durante sus 20 meses de mandato y le advirtió que, “firmados o no, esos compromisos existen y si cualquiera de ellos se rompiera, inmediatamente saldremos del gobierno y promoveremos las acciones necesarias para garantizar su ejecución, ya sean mañana o dentro de 12 meses”.
“Si se rompen los acuerdos, saldremos del gobierno” *
"Han sido 20 duros meses de cogobierno en el que la tónica dominante han sido la desconfianza, la falta de compañerismo, la parcelación estanca de cada una de las concejalías, el voto dispar, la deslealtad hacia nuestras asambleas, incluso los insultos. Han existido numerosos motivos para que este gobierno no siguiera adelante y por no ser acusados de romper un acuerdo en el que Somos Turre empezaba la legislatura, seguimos adelante.
No tenemos ninguna garantía de que las acciones que se han empezado para nuestro pueblo sigan adelante, ninguna, porque no se han querido firmar, pero nosotros no vamos a ser los culpables de no cumplir el pacto hoy.
Somos Turre hace una advertencia públicamente. Firmados o no, esos compromisos existen y, por tanto si cualquiera de ellos se rompiera, inmediatamente saldremos del gobierno y promoveremos las acciones que se hicieran necesarias para garantizar su ejecución, ya sean mañana o dentro de 12 meses”.
* Fragmento de la intervención de Martín Morales tras la toma de posesión de María Isabel López como alcaldesa de Turre)
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